Después de diecinueve años de matrimonio y de criar a dos hijos, mi esposo me dejó por una joven colega.

No nos haces falta Cristina llegó al trabajo con el ánimo por los suelos; su divorcio había sido el día anterior.

Un anciano solitario de 91 años salvó a un cachorro, sin saber que pronto le salvaría a él mismo.

– Te equivocas, este piso lo alquilamos nosotros, – sonrió nerviosa la chica. –

«Mi hija está deshecha: lágrimas y la búsqueda de sentido» Soy madre de dos hijos: un varón y una mujer.

Disfruto de una vida tranquila con mi hijo, pero pagué un precio demasiado alto por ello. Me llamo Carmen

La futura suegra canceló nuestra boda, acusando mi enfermedad de infidelidad Hasta hace poco, mi vida

El frutero abrió la caja. Asomó un hocico. Dos enormes ojos, asustados, parecían a punto de convertirse

-Lo siento, pero estamos alquilando este piso – sonrió confusa la chica. -¡No es para ti! –

Lo entendí todo demasiado tarde: solo cuando mi marido cayó gravemente enfermo comprendí cuánto le amo.
