Author: Nata
– ¡No! ¡Sara viene con nosotros! ¡Es mi perro, mío! – La voz del niño temblaba por las lágrimas, pero

Ana detuvo el coche una calle antes de la casa de su suegra. El reloj marcaba las 17:45 – había llegado

La suegra propuso la siguiente solución: que nos mudáramos con ella y alquiláramos nuestro apartamento.

“¿Me traicionaste? ¿No me esperaste?” – exclamó Alejandro con resentimiento y rabia, mientras

El cortejo nupcial atravesaba la ciudad a toda velocidad, los cláxones sonaban con fuerza mientras la

¡Quién te dio permiso para tomar mi teléfono?! — ¡Quién te dio permiso para tomar mi teléfono?

Estaba seguro de que mi esposa nunca me dejaría. Pero lo que ocurrió puso mi mundo patas arriba.

Ella estaba horneando un pastel, sin saber que nunca más tendría que esperar… En el jardín, envuelta

„¡Mírate!” – gritó el hombre mientras agarraba su maleta. – „¡Vaca gorda! ¡Te odio!” Sobre la tela azul

Antes de que se rompiera alguna arteria o atacara un aneurisma, aprendí a saborear unas gotas de calma
