¡Increíble Suerte! Le Di una Oportunidad a un Niño Sin Hogar… ¡Hoy es Estudiante!

¡Qué afortunado! Le di una oportunidad a un niño sin hogar… ¡Hoy es estudiante universitario!

Hace años, una noche de otoño, regresaba a casa. Hacía bastante frío y me envolví en mi abrigo. No se veía gente por las calles porque ya era tarde.

A dos calles de mi hogar, desde la sombra de una casa, apareció una figura y se plantó frente a mí.

Era un chico delgado con una camisa, que sostenía un cuchillo en las manos y temblaba; no sabía si de frío o de miedo. Me dijo que quería mi cartera, y se la di. Luego me quité el abrigo y también se lo entregué.

Él se quedó atónito y me preguntó por qué lo hacía. Le respondí que si hacía esto, era porque no tenía otra opción.

El chico se echó a llorar y entonces vi que, aunque alto para su edad, no tenía más de 15 años. Le ofrecí venir a mi casa a tomar una taza de té.

Me miró con desconfianza, pero aún así accedió.

En ese entonces vivía solo. Mi mujer me había dejado por alguien que ganaba mucho más que yo.

Nunca me dio el hijo que tanto deseaba. El chico y yo entramos a mi casa y observó mi sala con curiosidad.

¡Qué felices somos!

Me comentó que nunca había visto tantos libros. Me preguntó si los había leído todos y no lo creyó cuando le dije que sí.

Le dije que, si quería, podía elegir uno. Me contestó que en su vida jamás había leído un libro. Luego me contó que no tenía hogar.

Había crecido en la calle y solo había ido a la escuela hasta cuarto de primaria. Cuando su madre falleció, intentaron llevarlo a un hogar de acogida, pero se escapó. Desde entonces, ha estado solo. Cuando le pregunté por su padre, guardó silencio.

Esa misma noche lo invité a dormir en casa.

Sentí tanta compasión por ese niño sin hogar, que para la mañana ya había decidido dejarlo quedarse y ayudarlo a volver a la escuela.

Estaba convencido de que si le daba una oportunidad, salvaría su alma perdida. Y no me equivoqué.

Hoy Pablo es estudiante universitario.

Estudia y trabaja y paga él mismo sus tarifas de matrícula. No quiere ser una carga para mí.

Sé que cuando termine sus estudios, encontrará un buen trabajo y un día formará su propia familia.

Y yo siempre lo apoyaré.

Y aunque no soy su padre biológico, él me llama “papá”.

Rate article
MagistrUm
¡Increíble Suerte! Le Di una Oportunidad a un Niño Sin Hogar… ¡Hoy es Estudiante!