«Una luz de despedida: Historia de un último acto de bondad»

«¿Para qué quieres una casa, si ni siquiera llegarás al verano…?» — esas fueron las últimas palabras de Javier cuando dejó a Clara, abandonándola en la sombra de su enfermedad. Ahora, seis meses después, estaba nuevamente frente a su puerta, y ella, oculta tras el cerrojo, con ojeras profundas, no encontraba la fuerza para abrir.

La enfermedad, que en algún momento pareció haberse retirado, había regresado con una terquedad vengativa — y esta vez no pensaba irse.

Recordaba al médico que la miró directamente a los ojos y le dijo: «Le quedan, como mucho, un mes.» Sin lágrimas, sin pánico — solo vacío y silencio, con los que deambulaba por las calles de una ciudad donde la vida seguía su curso imparable.

Y allí estaba él otra vez — Javier, su exmarido — ante su puerta. Ayer fue una carga para él, hoy — solo un trámite hacia la herencia. Seguro de sí, empapado en un perfume costoso, dijo:

— Firma el traspaso del piso a mi nombre. Total, ya no lo vas a necesitar…

Clara lo miró con la mirada vacía. Parecía no tener fuerzas para discutir. Pero a la mañana siguiente, en la oficina del notario, conoció a una anciana llamada Carmen. Su nieto — un niño gravemente enfermo — necesitaba un milagro, o al menos una vivienda que pudieran vender para pagar su tratamiento.

Y Clara tomó una decisión. Definitiva. Y sincera.

Firmó los papeles no para Javier, sino para Carmen. Su hogar se convertiría ahora en una oportunidad de vida — no para ella, sino para el pequeño Miguel.

Javier gritó, maldijo, agitó los puños en el aire. Pero Clara permaneció en silencio.

Al amanecer, bajo los suaves rayos del sol primaveral, su corazón se detuvo en silencio. Y en su mano estaba la cálida y temblorosa de Carmen.

— Recibe, Señor, esta alma pura en Tu Reino… — susurró Carmen entre lágrimas.

Y en el pasillo, donde el día anterior resonaban la rabia y la codicia, ahora solo se oía el llanto suave de un niño — y una gratitud, casi angelical en su pureza.

Rate article
MagistrUm
«Una luz de despedida: Historia de un último acto de bondad»