Querían verme derrotado… Pero descubrí que solo me tengo a mí mismo.

Lo que muchos deseaban era verme derrotado… Pero comprendí: solo me tengo a mí mismo.
La vida me ha puesto a prueba, pero siempre me he levantado.
Es un enigma, la vida.

Me hacía creer en el futuro para luego arrebatármelo sin aviso.
Me hacía sonreír, para después sumergirme en un abismo de desesperación que me quemaba por dentro.

Me cruzaba con personas que prometían ser mi apoyo, pero desaparecían a mi sombra.
Me elevaba a lo más alto, solo para arrojarme al vacío.

¿Y sabes qué?

He sobrevivido.

Contra viento y marea.

He caído y me he levantado.

Perdí lo que tenía, pero hallé un nuevo propósito.

Estuve solo en los momentos más duros.

Y fue entonces cuando descubrí la verdad más importante:

Soy el único en quien puedo confiar.

Deseaban verme débil, pero no les di ese gusto.
Sentía sus miradas, cargadas de esperanza por mi fracaso.

Esperaban con ansias verme caer, perderme a mí mismo.

Eran miradas de malicia, veneno y apatía, anhelando contemplarme en mi peor versión.

Deseaban señalarme y decirme:

— ¡Mira! No eres tan fuerte como aparentas.

Pero sabes qué distingue a los fuertes de los débiles?

Los fuertes no se rinden, incluso cuando parece que no hay salida.

Nunca les di el placer de verme derrotado.

Seguí adelante.

Aunque doliera.

Aunque fuera difícil.

Porque si yo me quiebro, nadie me levantará.

Porque rendirme significaría mi fin.

No me permití eso.

Confiaba en la gente, pero cada vez me equivocaba.
Daba mi confianza.

Amaba.

Creía que la gente llegaba a mi vida por una razón.

Compartía mis pensamientos, mis sueños, mi alma.

Pero cada ocasión…

Cada vez resultaban no ser quienes aparentaban.

Distintos rostros.

Distintos nombres.

Distintas palabras.

Pero por dentro, un corazón vacío.

Me cansé de pintarlos con bellos colores.

Me cansé de esperar que esta vez fuera diferente.

Y entonces, cuando la máscara caía…

Aparecía otro traidor.

Uno más que nunca fue sincero.

¿Y sabes qué quedaba en mi interior tras eso?

No lágrimas.

No dolor.

Solo ira.

Ira que no me hace más fuerte, solo más solitario.
Mi alma ya no tiene espacio para lágrimas.

Hace tiempo se agotaron.

Solo queda desilusión.

Quisiera…

Quisiera que alguien cambiara esto algún día.

Alguien que rompiera este ciclo.

Alguien que no traicione.

Que no mienta.

Que no me utilice como juguete.

Pero sé que esa persona está lejos.

Demasiado lejos.

Y no tengo tiempo para esperar.

No tengo futuro.

Tengo el aquí y el ahora.

Ya no quiero ser la sombra de nadie.
No quiero cargar con el dolor de otros.

No quiero ser utilizado.

Quiero recorrer mi propio camino.

Quiero no depender de las decisiones, opiniones y promesas ajenas.

Me tengo a mí mismo.

Y eso me basta.

Tal vez algún día me encuentres.
Sé que estás en algún lugar.

Alguien que no mentirá.

Que no huirá en el momento crucial.

Que no traicionará.

Me encontrarás.

Pero ¿sabes qué es importante para mí?

Que no me pidas promesas.

Que no me exijas pruebas.

Simplemente sé.

Simplemente entiende.

Simplemente quédate.

Y entonces, tal vez…

Vuelva a creer.

Rate article
MagistrUm
Querían verme derrotado… Pero descubrí que solo me tengo a mí mismo.