— ¿Estás bromeando? — se sorprendió Nicolás — ¿cómo puede ser? ¡Si solo tienes veintiún años!

—No voy a comer eso —declaró la suegra con desdén, observando el plato de cocido. —¿Qué es esto?

—Lucía, ¿quién es esa mujer? —preguntó Iván en voz baja, evitando que los demás pasajeros del tren lo oyeran.

— No hacéis buena pareja — le dijo Rita a su hermana mientras hablaban—. Él es más joven y le encajo mejor.

Lo siento, pero no quiero unas vacaciones así. — ¡Tengo una gran noticia! — anunció desde la puerta Alejandro

– ¿Has vuelto a comprarle un regalo solo a tu madre y te has olvidado de mí? – dijo Clara con amargura.

-Lo siento, ¿por qué estás aquí en el frío? -preguntó con una mueca de frío Doña Graciela. La joven levantó

Nuestra generación era más unida, honesta, humana… y verdaderamente feliz. Con cada año que pasa

Lucía Fernández se volvió, observando a la mujer que tenía frente a sí sin reconocerla. La desconocida

La hija de más — No os pedí tenerlo, — se quejaba Cristina —, ¿por qué tengo que soportar inconvenientes
