Todo tiene un precio. Ahora estoy tan solo como un perro callejero… Les escribe un hombre de más de setenta años.

Me llamo Olga Navarro y vivo en Toledo, donde Castilla-La Mancha guarda sus antiguas murallas y tranquilos

¡Claramente y sin rodeos: No necesito a un hombre al que tenga que arrastrar conmigo! Me llamo María

Cuando tenía solo veintiséis años, pensaba que mi vida ya estaba resuelta. Compartía mi hogar con un

Dicen que cada uno es el forjador de su propia desgracia. Y, créanme, yo soy el ejemplo perfecto de ello.

¡Todo tiene su precio! Ahora estoy solo, como un perro callejero… Les escribe un hombre de más

Lo que antes consideraba un refugio seguro, mi hogar, dejó de serlo. No eran las paredes ni el techo

Cuando tenía tan solo veintiséis años, creía que mi vida ya estaba definida. Llevaba tres años viviendo

Me enamoré a los cuarenta años, y él destrozó mi vida… pero no puedo dejarlo ir Tengo cuarenta años y

Ignacio examinó su escritorio con esmero. Normalmente predominaba un desorden que él llamaba creativo
