El Regreso de Lola Lola se quedó frente a la puerta del piso de Sergio, jugueteando nerviosa con el asa

La abuela con su bolsita en las manos se preparaba para la soledad… pero lo que le esperaba no

La anciana con un hatillo en las manos se preparaba para la soledad… pero lo que le esperaba no era traición

«¡Cómo me sacas de quicio!», estuvo a punto de gritarle a la cuñada. Pero me contuve. Y ella, como si

—¡Ay, usted nunca está contenta con nada! — le solté a mi suegra, sin poder contenerme. Y al día siguiente

Me llamo Lucía, y tengo una historia que me pesa desde hace años. Quizá contarla me ayude a aliviar este peso.

No entregaré a mi madre a una residencia de ancianos — porque no se merece un final así Me llamo Lucía.

La suegra contra la fregona y la sartén: antes no nos dejaba entrar, y ahora nos llama, pero con sus

La suegra contra el trapo y la sartén: antes no nos dejaba entrar, y ahora nos llama, pero con sus condiciones

Me llamo Lucía, y llevo seis años casada. Mi marido, Alejandro, es un hombre servicial, trabajador, con
