No quiero casarme por eso. ¡No me fío de las mujeres! Y tú no vayas a deshacer la familia por una tontería, ¿me oyes?

Llegué a aquel pueblecito del interior en la última semana de agosto. Tras el divorcio huí de la ciudad

No he querido que mi madre se quede en nuestro piso y ahora me culpas dije, sintiendo que el techo se

**«La Sangre de tu Sangre»** Miguel, he ido al médico, me han hecho pruebas. No es nada bueno.

Llamaron a la puerta. Abrí y allí estaba mi suegra, empapada y con los ojos hinchados de tanto llorar

No llegamos a abrir la puerta de inmediato. Ana del Carmen apenas tuvo tiempo de respirar antes de que

15 de octubre. Hoy me he sentado a escribir porque el día se quedó atrapado entre la nostalgia y la necesidad

¡Aguanta, hija! Ahora estás en otra familia y debes respetar sus costumbres. No viniste como invitada

¡Tío, no sabes cómo empezó todo! El silencio del piso se partía con el molesto silbido de otra lata de

¡Me voy de aquí y nunca más verás a la niña! gritó Juana. ¡Quiero una familia normal, sin intrusos!









