Madrid, invierno de 1991. La ciudad despertaba con un frío helado que calaba hasta el alma.

No es una aventura cualquiera, Victoria. Llevo diecisiete años viviendo una doble vidadijo Damián, girando

**El destino premia a los agradecidos** A sus treinta años, Carlos tenía diez de servicio en zonas conflictivas

En una ciudad cualquiera, con edificios apretujados que parecían luchar por arañar el cielo, semáforos

Hace mucho tiempo, en una galería de Madrid, una mujer sin hogar se refugió de la lluvia. Todos la despreciaban

Si te toca, hazlo tú. Mamá, me tuviste para ti, no para mí, así que ocúpate tú de tu pequeño Juanito.

**Diario de una jubilada: Aprender a vivir para uno mismo**Al cruzar por última vez la puerta de mi oficina

No es una aventura cualquiera, Victoria. Llevo diecisiete años viviendo una doble vidadijo Damián, girando

¡Pero los anillos los haré yo, que no se te olvide! Maximiliano lo dijo con tanta seguridad y esa inocencia

Regresaba del trabajo, agotada como siempre, perdida en mis pensamientos sobre la cena que debía preparar









