Es interesante
La cena terminó en divorcio. —¿Estás completamente tonto? —Carmen arrojó la servilleta sobre la mesa

Hoy me encontraba junto a la ventana, observando el ir y venir de la calle. Los autobuses chirriaban

Valentina Fernández ajustó con manos temblorosas la servilleta debajo del jarrón con flores y miró de

Antonio había trabajado tarde. La llamada directa sonó: —Antonio, ¡pasa! —ordenó el jefe. Sabía que le

Carmen recordaba claramente aquella tarde gris. La voz de su madre aún resonaba, llena de cansancio y reproche.

Oye, ¿sabes qué? Lo de que su padre tenía una amante, Lucía se enteró por casualidad. Fue un día que

Oye, bueno, pues resulta que esta mañana suena el teléfono directo. “¡Antonio, entra!”

“¡No sé nada, en el apartado ‘padre’ aparece usted, recoja a los gemelos!”

¡Ay, María Luisa, qué bonito todo esto! — Conchita agitaba las fotos del móvil delante de su vecina.

Durante seis años, una joven panadera dejó comida a un vagabundo silencioso, sin conocer siquiera su nombre.










