¿Viviendo en casa de mi suegra, no podría ella cedernos la habitación más grande?

Viviendo en casa de mi suegra, no puedo pedir mucho, pero ¿no podría habernos cedido la habitación más grande?

Como tantas parejas jóvenes, después de la boda nos vimos con el problema de la vivienda. Al principio alquilamos un piso, pero a los seis meses nos dimos cuenta de que era una carga económica insostenible, y terminamos mudándonos con los padres de mi marido.

Su casa tiene dos habitaciones: una de diez metros cuadrados y otra de diecinueve. Nos asignaron la más pequeña, donde mi esposo había crecido. Al principio no nos importó: al menos teníamos un lugar para dormir.

Sin embargo, la mitad del armario de nuestra habitación estaba lleno de cosas de mi suegra. Entraba a buscarlas a menudo, ya fuera temprano por la mañana o tarde por la noche, lo que resultaba muy incómodo.

Cuando descubrí que estaba embarazada, empecé a preocuparme: en ese espacio no cabría ni una cuna, y mucho menos un cambiador o lo demás necesario para el bebé.

Le pedí a mi marido que hablara con sus padres para cambiar de habitación, pero él puso pegas:

—No van a aceptar. Ya debemos estar agradecidos por dejarnos vivir aquí.

Decidí hablar yo misma con mi suegra. Lamentablemente, recibió mi petición con frialdad. Su argumento principal fue:

—¿Y dónde vamos a recibir a las visitas?

Apenas tenían invitados, pero para ella era importante. Mi suegro añadió:

—Yo salgo al balcón a fumar. No voy a pasar por vuestra habitación cada vez.

Para zanjar el tema, hicieron reformas en su habitación y compraron muebles nuevos, dejando claro que no habría cambios.

Nos vimos en un callejón sin salida: ni podíamos alquilar ni pedir una hipoteca. Intenté explicarle a mi suegra que solo era hasta ahorrar para nuestro propio hogar, pero se mantuvo inflexible.

Ahora, cuando habla de lo mucho que espera al nieto, sus palabras me suenan vacías. Si de verdad le importara, habría accedido a cambiarse de habitación en lugar de conformarse con promesas sin acción. A veces, las familias dicen querer lo mejor para los suyos, pero los hechos son los que demuestran el amor.

Rate article
MagistrUm
¿Viviendo en casa de mi suegra, no podría ella cedernos la habitación más grande?