Un inspector y su perro revelan un secreto inesperado sobre la maestra de primaria

Un día, en el colegio Santa María de Madrid, llegó un guardia civil con su perro, y todos descubrieron algo sobre la maestra que nadie esperaba. La señorita Isabel Martínez, maestra de primaria, siempre se esforzaba por inspirar a sus alumnos a ser curiosos, valientes y soñar en grande. Se le ocurrió organizar un Día de las Profesiones, invitando a distintos profesionales para que los niños conocieran sus trabajos.

En el salón de actos se reunieron un médico, un abogado experimentado, un informático joven, un bombero robusto y, para terminar, un agente de la Guardia Civil con su perro de servicio, llamado Thor. Los niños estaban encantados: hacían preguntas, se reían, probaban cascos y escuchaban atentamente cada explicación.

Cuando le tocó al agente y a Thor, los niños aplaudieron con entusiasmo. Pero en cuanto el perro entró al aula, la alegría se convirtió en tensión. Thor gruñó, avanzó lentamente y, de repente, ladró con fuerza, clavando la mirada en la señorita Isabel. Un segundo después, corrió hacia ella, se levantó sobre sus patas traseras y olfateó su pecho sin dejar de ladrar.

Los niños se asustaron. La maestra palideció y retrocedió, protegiéndose con las manos.

—¡Nunca se comporta así! —dijo el guardia, desconcertado—. Lo siento, no entiendo… Está adiestrado, no es agresivo.

Lograron apartar a Thor, pero la señorita Isabel apenas podía contener las lágrimas.

—Quizá es el perfume… algo en el olor… —intentó justificarse, temblorosa.

El agente no quedó convencido. Algo no cuadraba. Tras las clases, tomó una foto vieja del archivo policial y se la acercó a Thor. El perro volvió a ladrar con furia.

Sus sospechas crecieron. Esa noche, revisó los datos de la maestra en el sistema y descubrió algo inquietante: su DNI solo tenía siete años de antigüedad, y algunos datos, como su lugar de nacimiento y apellido anterior, no coincidían.

Una investigación reveló la verdad. Isabel Martínez era en realidad una fugitiva buscada por un violento robo a un banco en Sevilla hacía quince años. Había falsificado su identidad, cambiado de apariencia y empezado una nueva vida como maestra. Sus cómplices estaban en prisión, y todos creían que ella había muerto en un incendio.

Pero el olfato de Thor la delató. El perro, entrenado para rastrear criminales peligrosos, reconoció su olor entre los archivos de su memoria.

Detuvieron a la falsa maestra. El colegio quedó conmocionado. Los alumnos lloraron, los padres no daban crédito. Nadie imaginaba que su querida profesora era una delincuente prófuga.

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