Un día, mi esposa y mi nueva pareja se cruzaron por casualidad. ¿Cómo terminó ese encuentro?
Mi esposa y yo nos separamos hace varios meses, y yo empecé a vivir en un piso alquilado en el centro de Madrid. Seguimos manteniendo una relación cordial. Un poco más de un mes atrás, mi exesposa llegó a mi nuevo domicilio a primera hora de la mañana porque necesitaba recuperar unos archivos de nuestro portátil.
Esa misma mañana no estaba solo: estaba con una chica encantadora, mucho más joven que mi mujer. Nos conocimos antes de que yo presentara el divorcio.
Cuando la exesposa entró al piso, mi nueva novia salió del baño envuelta sólo en una toalla. Pasó al lado de mi mujer y, como si fuera un guion ensayado, le saludó:
Buenos días, Marta.
Buenos días, Celia.
Ambas se quedaron paralizadas unos segundos; luego Celia, con una sonrisa avergonzada, soltó:
Pues parece que ya no voy a pasar el examen.
Las dos estallaron en carcajadas, y yo, como tonto, me quedé allí mirando la escena. Al día siguiente, Marta aprobó el examen sin siquiera intentarlo.
Ahora me paso los días preocupado, temiendo que terminen por hacerse amigas de verdad. ¿Creéis que debería alarmarme tanto o todo acabará bien?






