Tras el entrenamiento, la sorpresa de los preparativos del hogar la esperaba.

Después del entrenamiento, Vika tenía prisa por llegar a casa. Le había prometido a su marido prepararle una sopa de pescado. Al entrar en el piso, vio a León sentado en la cocina, bebiendo vino.

Vaya, bebiendo vino solo ¿No pudiste esperarme, León? ¿Quieres que te prepare algo para picar?

No, siéntate. Tenemos que hablar

Vika nunca lo había visto tan abatido y confundido. Dios mío, ¿qué había pasado?

No sé por dónde empezar Lo diré directamente. Mi secretaria, Catalina, espera un hijo mío. Me voy con ella.

Parece el argumento de una telenovela ¿Cuánto tiempo lleváis así?

Casi un año. Desde que llegó, empezó a coquetear, y no pude resistirme. Joven, guapa, alegre como tú en tus tiempos. Me enamoré como un adolescente. Quise confesarte antes, pero no tuve valor. Sé que te daré pena

Ahora no puedo echarme atrás. Pronto seré padre. Siempre quise un hijo, y aunque Ignacio es como mío, no es de mi sangre. Necesito un heredero para mi negocio. Con Cata me siento más joven, me gusta Quizá es la crisis de los cuarenta, ¿has oído hablar de eso?

Vika, sé que soy un cobarde. Pero no os dejaré en la estacada. El piso y el coche son vuestros, os ayudaré económicamente. Pagaré los estudios de Ignacio, como prometí. Ya compré una casa y la puse a nombre de Catalina, al fin y al cabo será la madre de mi hijo.

Entiendo, León Es difícil resistirse a una belleza como Catalina, y tú eres todo un hombre. Y no abandonarás al niño, eso es noble. Gracias por el apoyo económico, no lo rechazaré. Quiero empezar a viajar, vivir para mí.

¿Cuándo te vas? ¿Necesitas ayuda para recoger tus cosas?

León la miró sorprendido. Tan tranquila Al menos no habrá escándalos ni dramas.

Bueno, adiós, mi vida. Gracias por todos estos años juntos, fueron buenos. Pero la vida tiene sus planes Quizá yo también encuentre a alguien y sea feliz. Anda, vete, no hagas esperar a Catalina.

León cogió las maletas, sonrió incómodo y se fue hacia el ascensor.

Al cerrar la puerta, Vika fue a la cocina. Sacó una botella de champán del frigorífico, la abrió, se sirvió una copa y la bebió. Su marido la había dejado. Qué extraño sonaba eso.

Nunca pensó que esto podría pasar. Vivían en paz todos esos años, quizá no locamente enamorados, pero con cariño, costumbre, respeto.

Bueno, no había que lamentarse. ¡Vida nueva, reglas nuevas! Encontraría algo que hacer, y con el dinero de León, tendría más oportunidades. Aunque le costaría acostumbrarse a su nuevo estatus.

Y Vika se sumergió en un torbellino de nuevas experiencias. Se apuntó a clases de baile, visitaba museos y cines, hacía ejercicio. Por suerte, tenía compañía. Su vecina Irene, soltera y alegre, siempre la acompañaba.

Su hijo Ignacio estudiaba en otra ciudad y rara vez volvía. Vika disfrutaba de su libertad. Cocinaba lo que le apetecía, sin complacer a nadie. No pensaba en otro hombre, estaba bien sola.

León se fue en silencio. Una vez vio a Catalina en el juzgado, una belleza ¡Buen gusto tenía él!

Cada mes, León transfería dinero, como prometió. Vika le estaba agradecida. Sabía que su negocio prosperaba y podía permitírselo. Catalina, seguramente, no lo sabía.

Pasó un año. Nada cambió en la vida de Vika: baile, gimnasio, algún viaje al extranjero. Las transferencias de León cesaron. No preguntó por qué. Quizá Catalina lo prohibió. Ignacio ya ganaba bien y podía pagarse los estudios. Su sueldo le bastaba.

Era domingo, no tenía prisa. Vika disfrutaba cada día. Estaba cocinando sopa de pescado cuando notó que faltaba pan, algo que le encantaba. Salió corriendo a la tienda y se encontró con León.

León, ¿qué haces aquí?

Hola, Vika. Vivo cerca Compré un piso.

Vaya novedad ¿Y Catalina? ¿Y el bebé? ¿Qué tuvieron?

Una niña Pero hay un problema. Resulta que Catalina fue enviada por un competidor. Se ganó mi confianza, me enamoré Luego me presionó para poner el negocio a su nombre, temía que la dejara sin nada.

Accedí. Después del nacimiento, emocionado, lo firmé todo. Dejé dinero en una cuenta que ella no conocía. Al final, me echó. La niña no era mía, el negocio pasó a mi competidor Así terminó todo. ¿Irónico, no? Como en una mala telenovela

Compré un piso, encontré trabajo, no me quejo, pero mi vida anterior se acabó. Y ya no puedo ayudarte Lo siento. Seguramente no querrás saber nada de mí

A Vika le dio pena. Parecía destrozado. ¡Vaya zorra era Catalina! Tanto esfuerzo en el negocio

¡Tonto, León! Ven a casa, justo hice sopa de pescado, tu favorita.

Hablan en la cocina donde tantos años compartieron su vida. Pero ya no eran marido y mujer.

A veces se llamaban. No hablaron de volver. Cada uno tenía su camino. Vika conoció a un hombre en las clases de baile, se casó y fue feliz.

Invitó a León a su boda. Él fue y hasta se alegró por ella. Allí conoció a la hermana del novio Medio año después, Vika celebraba su boda.

La vida es impredecible. Nunca hay que rendirse, pase lo que pase. Nunca sabes qué pasará Solo hay que vivir y disfrutar cada día.

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MagistrUm
Tras el entrenamiento, la sorpresa de los preparativos del hogar la esperaba.