Suegros ofrecen ayuda económica con la condición de que mi madre iguale el monto.

Durante las fiestas, mi esposo sacó el tema de construir una casa, ya que no quería seguir viviendo con sus padres. Mis suegros dijeron que nos darían dinero con una condición: mi madre debía aportar la misma cantidad. Fue precisamente en ese momento cuando salió a la luz mi secreto. Ya hacía tiempo que debía habérselo contado a mi esposo, pero nunca encontré la ocasión adecuada. Ahora él quiere separarse de mí.

Antes de las fiestas, tuvimos un serio desacuerdo con mi marido. La situación se volvió tan tensa que él pidió el divorcio. Toda la familia nos reunimos en la mesa navideña y él comenzó a hablar sobre construir una casa. Ya estaba cansado de vivir con sus padres. Justo entonces, mi secreto salió a relucir, algo que debía haberle dicho hace tiempo, pero no encontraba el momento idóneo.

Crecí viviendo con mi madre y mi abuela, ya que no tenía padre. Mi abuela y mi madre vivían en un apartamento de dos habitaciones, que luego cambiaron por dos independientes con una pequeña compensación.

En ese entonces, me fui a estudiar fuera. Un apartamento fue puesto a mi nombre porque mi madre quería que tuviera algo propio, algo por lo cual estoy muy agradecida. Alquilé ese apartamento y con el dinero financiaba mis estudios en la Universidad.

Después de casarnos, nos mudamos con los padres de mi esposo, y yo seguí alquilando mi apartamento, guardando el dinero en una cuenta bancaria. No se lo mencioné a mi esposo porque quería darle una sorpresa en el momento oportuno.

Cuando mi esposo habló con sus padres sobre construir una casa, ellos accedieron a darnos dinero, siempre y cuando mi madre hiciera lo mismo.

Debería haber estado de acuerdo y dar a mi madre el dinero que había ahorrado, para que pareciera que lo había reunido ella misma, pero decidí contarle todo: sobre el dinero y el apartamento. En ese instante, me di cuenta de que ese no era el mejor momento para revelar mi secreto. ¡Qué situación tan caótica se generó! Mi suegra inmediatamente señaló que debería haber vivido allí después de casarme, y no con ellos.

Mi esposo se sintió herido porque oculté la existencia del apartamento. Dijo que nunca podría confiar en mí. Tuvimos una discusión, tomé mis cosas y me fui a casa de mi madre. Más tarde, le propuse que viviéramos en mi apartamento, o incluso venderlo y con el dinero construir una casa, pero él se negó. Dijo que jamás lo haría y que, además, no quería verme.

No entiendo, ¿cometí un error tan grande como para merecer esto? Al fin y al cabo, ese apartamento y el dinero habrían sido parte de lo nuestro. Tampoco quiero pedir perdón y humillarme, ya sea ante mi esposo o sus padres. Mi madre está preocupada, piensa que todo es por su culpa, que debimos haber dicho la verdad desde el principio, al menos a mi esposo, si no a sus padres. Pero ahora, ¿de qué sirve discutirlo?

Aun así, mi madre estaba tan conmovida que ayer se dirigió a casa de mi suegra, pero ni siquiera la dejó cruzar la puerta. Le dijo que éramos unos mentirosos y que no quería tener ningún trato con nosotros.

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Suegros ofrecen ayuda económica con la condición de que mi madre iguale el monto.