Saqué mi traje de boda del armario y, de repente, un sobre cayó al suelo.

Saqué mi traje de boda del armario y, al abrir la puerta, un sobre cayó al suelo.

No pude dormir en toda la noche. Un pequeño error hubiera cambiado mi vida por completo, así que la preocupación me consumía.

Mañana me caso con mi novia. Creo que Carmen es la mujer ideal. Seguro que cualquier hombre se hace ilusiones antes del matrimonio. He reflexionado mucho sobre mi decisión. ¿Y si me equivoco? ¿Y si más adelante descubrimos que nuestro enlace es un fracaso? ¿Podremos ser fieles el uno al otro hasta el último día? ¿Lograremos respetarnos y amarnos para siempre?

Antes de darme cuenta, todo eso rondaba mi cabeza y ya empezaba a amanecer. Me levanté de la cama, me lavé la cara y me tomé un café.

Hoy tengo mucho que hacer. Pronto llegarán a casa mis amigos y mi familia. Mi mejor amigo Javier vendrá de visita. Está casado desde hace años y sé que en una ocasión tan importante podrá darme las palabras adecuadas. Quizá consiga calmarme.

Cuando volví a coger el traje de boda del armario, el sobre volvió a resbalar al suelo. No llevaba nada escrito y me quedé sorprendido.

Dentro había una carta. ¿Quién la habría escrito y por qué?

Dejé el traje a un lado, me senté en la cama y comencé a leer. La letra me resultaba conocida. Al principio decía: Léela antes de casarte.

Era una misiva de mi madre. Pero, ¿por qué me la envía ahora? ¿ contendrá algo que me impida seguir adelante?

Sentí que la inquietud me apretaba, pero respiré hondo y seguí leyendo. El contenido decía:

Hijo mío, pronto te casas. Me alegra que hayas encontrado a una mujer tan buena como Carmen.

Quiero que sepas que el matrimonio no es solo alegría y placer. También implica una gran responsabilidad. En el camino habrá dificultades y tropiezos, pero si ambos se aman de verdad, los superaréis.

Casarse significa estar dispuesto a recorrer toda la vida al lado de la persona amada. Nunca olvides que, como hombre, eres el cabeza de la familia; en cierta medida, el futuro de todos depende de ti.

No causes discusiones con tu esposa, sobre todo por cuestiones de dinero. El oro nunca podrá sustituir el cariño. No peleéis por cómo ella gasta su salario.

Recuerda que ella es la mejor persona para ti y necesita tu apoyo. Si lo siente, Carmen podrá alcanzar cualquier meta.

El respeto y la comprensión mutuos son la base de un hogar. Cuando sientas ira, es mejor estar solo; en la furia se dice cosas que después se lamentan y el problema se vuelve más difícil de resolver.

Nunca le des motivos de celos. Si empieza a dudar de ti, la desconfianza perdurará.

Hay muchas mujeres en el mundo, pero no olvides que la tuya es la mejor.

Quiero que Carmen piense lo mismo.

Ama a tu mujer y recuerda a tu padre y a nosotros. Siempre estaremos contigo.

Mamá.

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Saqué mi traje de boda del armario y, de repente, un sobre cayó al suelo.