Querían verme derrotado… ¡Pero entendí que solo me tengo a mí mismo!

Lo que mucha gente deseaba era verme derrotado… Pero comprendí que solo me tenía a mí mismo. La vida me puso a prueba, pero siempre lograba levantarme.

La vida es algo extraño. Me ofrecía esperanzas solo para luego quitármelas. Me hacía reír, pero después me sumía en una desesperación tal que las lágrimas ardían en mi piel.

Conocí a personas que prometían estar ahí, pero desaparecían cuando las cosas se ponían difíciles. Me llevaba a lo más alto, y luego me lanzaba al abismo.

Pero, ¿sabes una cosa? Sobreviví. Contra todo pronóstico.

Caí una y otra vez, pero siempre conseguía levantarme. Perdí todo, pero encontré un nuevo propósito. Estuve solo en los momentos más difíciles, pero fue entonces cuando descubrí la verdad más importante: soy la única persona en la que puedo confiar realmente.

Quisieron verme débil, pero no les di ese placer. Notaba sus miradas, esperando que me rompiera, impacientes por verme caer y perderme a mí mismo.

Esas miradas estaban llenas de malicia, veneno y apatía. Querían verme miserable, para poder decir: “Mira, no eres tan fuerte como aparentas”.

Pero, ¿sabes qué distingue a las personas fuertes de las débiles? Las fuertes nunca se rinden, incluso cuando parece que no hay salida.

No les dejé verme derrotado. Seguí adelante. Aunque dolía, aunque era difícil, seguí caminando. Porque si me rompía, nadie me levantaría. Y si me rendía, sería mi final.

Confié y me equivoqué una y otra vez. Creí en las personas, que estaban en mi vida por alguna razón. Estaba dispuesto a compartir mis pensamientos, sueños y alma. Pero siempre resultaban ser diferentes a lo que mostraban.

Rostros distintos, nombres diferentes, palabras que cambiaban, pero en el fondo, todos tenían el mismo corazón podrido.

Me cansé de verlos con buenos ojos y de esperanzarme en que esta vez sería diferente. Pero siempre llegaba el momento en que caían sus máscaras, y me encontraba con otro traidor, alguien que nunca fue sincero.

¿Y sabes qué queda en mis ojos después de eso? No son lágrimas, ni dolor, solo ira. Sin embargo, esa ira no me hace más fuerte, solo me hace sentir más solo. Ya no hay espacio para lágrimas en mi alma; se agotaron hace tiempo, quedándose solo la decepción.

Me gustaría que alguien rompiera este ciclo, alguien que no me traicionara, que no mintiera, que no me usara como un peón en sus juegos.

Pero sé que esa persona está lejos, demasiado lejos. Y yo no tengo tiempo para esperar. No tengo un futuro, solo tengo el aquí y el ahora.

No quiero ser la sombra de nadie, no quiero cargar con dolores ajenos, ni permitir que me utilicen. Quiero seguir mi propio camino, independiente de las decisiones, miradas o promesas de otros.

Solo me tengo a mí mismo, y con eso es suficiente.

Un día me encontrarás, lo sé. Alguien que no mentirá, que no huirá en los momentos cruciales, que no traicionará.

Tú me encontrarás. Pero lo más importante para mí es que no me pidas promesas, ni exijas pruebas. Simplemente permanece. Simplemente entiende. Simplemente quédate.

Y entonces, quizás… Podré volver a creer.

Rate article
MagistrUm
Querían verme derrotado… ¡Pero entendí que solo me tengo a mí mismo!