Cuando entramos en el piso de Lucía con Miguel, un aroma embriagador me envolvió al instante, casi haciéndome

Ayer reuní todo mi valor, miré a los ojos de mi suegra, Valeria Gonzalo, y a mi marido, Javier, y les

A veces, solo quiero cerrar la puerta en la cara de mis suegros—su descaro está arruinando mi vida.

Mientras no cumplas los dieciocho, te daré dinero —poco, para comida, para ropa, suficiente.

Aunque no me apetece nada, recojo las cosas y me voy con mi hijo, Daniel, a casa de mi madre, Irene Martínez.

Mientras no cumplas los dieciocho, te daré dinero —poco, para comida, para ropa, suficiente.

En un sueño extraño y enredado, me vi atrapada en una pesadilla que les contaré: me convertí en esclava

No me apetece nada, pero estoy haciendo las maletas para irme con mi hijo Daniel a casa de mi madre

Cuando por primera vez me empujaron de la cama, pensé que había sido un descuido, pero ahora he decidido

Bueno, ¿qué pensáis? Llegaron los parientes de mi suegra, Carmela García, dos semanas antes de Semana
