Siempre he sido una madre buena y cariñosa, amable y sin malos hábitos… Mis hijos siempre han confiado en mí. Tengo tres, dos varones y una hija. Di a luz a mi último hijo a los 37 años con una gran diferencia respecto a mis hijos mayores.
Naturalmente, había trabajado toda mi vida, pero de alguna manera no gasté mucho en mí misma: más para mis hijos y mi casa, para la comodidad. Nunca fui a ningún sitio, nunca fui a ninguna parte… pero quería hacerlo…
Antes de casarme, siempre me iba de vacaciones a algún sitio… Y mi marido no era malo bajo ningún concepto: no bebía ni fumaba, se ocupaba de todo en la casa… pero era un gilipollas. A los 55 años, mis hijos ya estaban solos, y me di cuenta de que no quería seguir viviendo así… Mi marido tiene una afición muy cara: la caza: tres sabuesos de pura raza, muchas armas diferentes, carpas, y no puedo permitirme un gato en casa, a mi marido no le gustan… Y no le gustan muchas cosas que a mí me gustan.
En septiembre (fue hace 6 años) me jubilé (pero sigo trabajando allí ahora) e inmediatamente le ofrecí el divorcio, con una condición – le doy mi 1 / 2 de tres habitaciones, le dejo el garaje, coche, casa de campo, todo en la casa y todos sus perros con armas de fuego a cambio de una de dos habitaciones para mí … Aceptó, ya que para entonces la relación casi había desaparecido, los niños no estaban en casa, y personalmente para él ya no quería hacer nada …
Y así en noviembre me mudé a mi apartamento de dos habitaciones … Con una maleta… con las paredes vacías… ¡Era tan feliz! Empecé a hacer reparaciones poco a poco: cambié la fontanería, las ventanas, las puertas y demás…
Llevamos 6 años divorciados, y ahora voy al mar todos los años, voy a conciertos, hago diferentes excursiones a otras ciudades. Tengo dos gatos esfinge. Me llevo muy bien con mis hijos. Ahora tengo tanta tranquilidad, creo que este es el periodo más cómodo de mi vida y no quiero cambiar nada. Ya no quiero casarme, llevo 33 años…
Pronto cumpliré 61 años. Esta historia es una historia real, y espero no morir mañana…
