“¡No eres ninguna belleza!” — tres años juntos, y de repente él suelta esto.
Inés, mi amiga de toda la vida, siempre fue una mujer segura de sí misma, dotada de un agudo sentido del humor y profunda inteligencia. Su relación con Óscar parecía sólida y armoniosa. Sin embargo, un día, tras tres años de convivencia, él inesperadamente le dijo:
— Sabes, en realidad no eres ninguna belleza.
Estas palabras sonaron cotidianas, sin indicios de conflicto o tensión. Inés quedó anonadada y no supo cómo reaccionar. Más tarde, al compartir este episodio conmigo, intentaba sonreír, pero yo podía ver cuánto le dolió ese comentario.
Lamentablemente, estas situaciones no son infrecuentes. Muchas mujeres se encuentran con que sus parejas se permiten criticar su apariencia, socavando su autoestima y confianza en sí mismas. Este tipo de comentarios pueden ser especialmente hirientes cuando vienen de alguien cercano.
Recuerdo la historia de Almudena, una joven de 22 años. Su relación con Sergio, un hombre deportivo y atractivo, parecía ideal al principio. No obstante, con el tiempo, él comenzó a hacer comentarios desagradables sobre su aspecto:
— Tienes los ojos demasiado grandes.
— La nariz te queda grande.
— ¿A quién más le vas a interesar aparte de mí?
Almudena soportaba estas humillaciones pensando que el amor requería sacrificios. Lloraba por las noches, y su autoestima se desplomaba rápidamente. Finalmente, terminó en el hospital con una crisis nerviosa. Solo el apoyo de sus seres queridos le ayudó a darse cuenta de que esa relación era destructiva. Encontró la fuerza para romper ese círculo vicioso y pronto conoció a alguien que la valoraba y respetaba.
Es vital comprender que las palabras tienen un enorme poder. La crítica a la apariencia por parte de la pareja puede infligir heridas profundas que no siempre son visibles para los demás. Muchas mujeres toleran esos comentarios, esperando cambios o temiendo la soledad. Sin embargo, la tolerancia hacia este tipo de expresiones puede llevar a graves consecuencias psicológicas.
Mi consejo para Inés fue sencillo:
— No permitas que nadie, ni siquiera una persona muy cercana, socave tu seguridad en ti misma. Si estos comentarios se repiten, plantéate seriamente el futuro de esa relación.
Las relaciones saludables se basan en el respeto y apoyo mutuos. Si tu pareja se permite humillarte, es una señal de alerta. Cada mujer merece estar con alguien que la valore no solo por su apariencia, sino por su interior.
Recuerda que tu valor no está determinado por la opinión subjetiva de alguien. Ámate y rodéate de personas que hagan lo mismo.
