**Diario de Lucía**
Mírala se cree importante con ese maletín tan viejo. Las palabras me llegaron como un puñal mientras apretaba con más fuerza mi maletín gastado. No era de marca, ni lujoso, pero para mí era todo. Soñaba con ser empresaria, aunque no tenía un hogar, ni un solo euro ahorrado, ni siquiera un lugar fijo donde dormir.
Un día, supe de un evento en Madrid donde los grandes empresarios compartían ideas. Voy a ir, me dije. Llegué con mi ropa sencilla y mi maletín en la mano. Las risas y murmullos no se hicieron esperar. Me miraron con desdén, como si no mereciera estar allí.
Aun así, avancé con determinación hacia el escenario.
Quiero decir algo pedí. El presentador me cortó en seco:
No vamos a permitir que una cualquiera sin recursos arruine nuestro evento.
Entonces, Don Antonio, un empresario respetado, intervino:
Si ha tenido el valor de venir, escuchémosla.
Me entregaron el micrófono. Respiré hondo, abrí mi maletín y saqué un papel doblado con cuidado.
Hace meses soñé con un coche como ningún otro y sé cómo construirlo.
Don Antonio examinó los diseños y sus ojos brillaron.
Esto es más innovador que todo lo visto hoy.
Me invitó a comer, escuchó mi historia y, antes de que terminara el día, firmamos un acuerdo. En menos de un año, yo era dueña del concesionario más importante de Barcelona. Nunca abandoné mi viejo maletín: me recordaba mis orígenes.
Recuerda esto: muchos juzgarán por las apariencias, otros se reirán de lo que no comprenden, y algunos intentarán cerrarte el paso antes de oírte. Pero si crees en tu sueño y tienes el coraje de defenderlo, llegará el día en que esas mismas voces que te menospreciaron serán testigos de tu triunfo y caminarás con la cabeza alta, sabiendo que nadie pudo matar tu ilusión.
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