En mi vida me tocó cuidar de mi anciana madre. Cuando mi madre enfermó y quedó postrada en cama, me hice cargo de ella y decidí cuidarla hasta el final, ya que no viviría eternamente. Al principio, mi marido intentó ser comprensivo y paciente. Pero me di cuenta de lo difícil que era para él. Ya no pasaba tanto tiempo con él, y mi madre tampoco le trataba muy bien.
Empezó a quedarse hasta tarde en el trabajo y a llegar tarde a casa. También me di cuenta de que siempre estaba con el móvil mandando mensajes a alguien. Más tarde me enteré de que era otra mujer que casualmente estaba a su lado en un momento en que él necesitaba atención. Cuando me enteré, tuvimos una gran pelea. Me dijo que no podía seguir viviendo así. No estaba acostumbrado a que yo no tuviera tiempo para limpiar, pasar las tardes con él y vivir como antes. Recogió sus cosas y se fue. Y más tarde pidió el divorcio.
Mi hijo mayor tampoco pudo soportarlo mucho tiempo. Mi madre le gritaba constantemente, se quejaba, le sacaba de quicio. Todo le parecía mal y no le gustaba nada. Yo intentaba hablar con ella, pero era como si molestara a todo el mundo a propósito. Mi hijo consiguió un trabajo y empezó a alquilar un pequeño apartamento para vivir separado.
Así que me quedé sola, sin mi marido y mi hijo. Y yo quiero una familia normal, como la que tenía antes. Resultó que por ayudar a mi madre, destruí mi vida, mi familia. Es muy difícil darse cuenta de esto. Y es aún más difícil cuando no entiendes si hiciste lo correcto o no.
Últimamente pienso mucho en que debería haber visitado a mi madre una vez al día. Quizá todo habría ido bien. Habría tenido una familia completa y una vida normal. Debido a mi difícil estado emocional en relación con el divorcio, en el trabajo me dijeron que era completamente ineficaz y que realmente no me necesitaban.
Ni siquiera sé cómo seguir con mi vida ¿Quizá alguien ha estado en una situación similar y puede aconsejarme?
