«Mamá, avísame cuando lleguen tus invitados, mejor me quedo en casa con compañía»

«Mamá, avísame cuando Álvaro con Clara vengan a verte, ese día preferiré quedarme en casa con Lucía», me dijo mi hija. «¿Qué pasa? ¿Qué te ha hecho ella?», pregunté, pues ya había notado varias veces que mi hija evitaba encontrarse con la esposa de su hermano. Esta situación me hizo reflexionar sobre lo que ocurría en nuestra familia y cómo actuar.

Reuniones familiares y tensiones
Tengo dos hijos adultos: Álvaro y Natalia. Álvaro está casado con Clara desde hace tres años, y aún no tienen hijos. Natalia vive aparte con su hija Lucía, de siete años, y viene a visitarme con frecuencia. Vivo en un pueblo pequeño, en una casa con jardín que para Lucía es un pequeño paraíso: corre, juega y ayuda a regar las flores. Álvaro y Clara también vienen, aunque menos, pues viven en Madrid y tienen una agenda muy ocupada.

Siempre he intentado reunir a la familia, especialmente en festividades. Pero en los últimos años, noté que Natalia evita coincidir cuando Clara viene. Al principio pensé que era casualidad, hasta que ella misma me dijo: «Mamá, avísame cuando vengan, prefiero no cruzarme». Me sorprendí y le pregunté el motivo, pero Natalia lo dejó pasar: «No es nada, simplemente no quiero». Pero soy su madre, y sé que algo pasa.

¿Qué ocurre con Clara?
Clara me parece una buena mujer: educada, siempre ayuda en la cocina, trae regalos y se interesa por mi salud. Con Álvaro parecen felices, él la adora. Pero empecé a notar que con Natalia actúa con cierta frialdad. En la última cena familiar, Clara apenas habló con ella, y cuando Lucía contaba algo, solo sonreía en silencio. Puede ser un detalle, pero Natalia lo percibe como indiferencia.

Intenté hablar con Natalia, pero evita el tema o lo toma a broma. Una vez me dijo: «Mamá, es como si se creyera superior. Actúa como si fuéramos un estorbo». Me extrañó, pues a mí Clara nunca me había parecido arrogante. Pero quizá yo no veía lo que mi hija sí. Natalia siempre ha sido sensible, y desde su divorcio, aún más.

Hablando con mi hijo
Decidí hablar con Álvaro para entender si había algún conflicto. Me dijo que Clara no tenía problema con Natalia, simplemente «no congeniaban». «Mamá, ya sabes que Natalia a veces se aparta, siempre está en sus cosas», añadió. No estuve de acuerdo: Natalia es cálida y abierta, quizá solo se siente incómoda con Clara.

Álvaro prometió hablar con Clara, pero no sé si servirá. Temo que la tensión entre ellas aumente. Lucía, por ejemplo, adora a su tío Álvaro, pero a Clara la llama «la tía que nunca habla». Los niños perciben más que nosotros.

¿Cómo mantener unida a la familia?
Me duele ver que mis hijos no se llevan bien con sus seres cercanos. Quiero que nos reunamos como antes, que Lucía crezca entre el cariño de todos. Pero ¿cómo lograrlo si Natalia ni siquiera quiere estar cerca de Clara? ¿Hablar con ambas? ¿O dejarlas que lo resuelvan solas? Temo que si me entrometo, empeoraré las cosas.

Si han pasado por algo similar, cuéntenme cómo lo resolvieron. ¿Cómo ayudar a mi hija y a mi nuera a entenderse? ¿O debo aceptar que nunca serán cercanas? Necesito consejo.

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