Llamé a la policía porque escuchábamos ruidos extraños saliendo de nuestro sofá

17 de octubre, Madrid
Anoche pasó algo que jamás olvidaré. Todo empezó como un día normal, pero terminó como una pesadilla de esas que solo ves en las películas.
Estábamos con mi mujer, Sofía, en el salón, tranquilos después de cenar. De repente, nuestro perro, Trueno, comenzó a dar vueltas alrededor del sofá, gruñendo y ladrando de una forma rara. Al principio pensamos que era algo sin importancia, quizá un ruido de la calle. Pero su insistencia nos alertó.
Entonces lo oímos nosotras también: golpes sordos, como si algo se moviera dentro del sofá. Sonidos de arañazos, como si alguieno algointentara salir. El corazón se me aceleró como un tambor. ¿Sería una rata? ¿Algún animal que se había colado en casa? Solo pensarlo me puso la piel de gallina.
Ante la inquietud de Trueno y nuestro propio miedo, decidimos llamar a la policía. Casi nos daba vergüenza, pero ¿y si era algo grave?
Llegaron dos agentes, el subinspector Morales y su compañero, Delgado. Les explicamos la situación, medio avergonzados por parecer exagerados. Pero cuando se acercaron al sofá, también escucharon los ruidos. Tras un rápido murmullo, decidieron cortar la tela del sofá con cuidado.
El silencio era denso, pesado. El sonido del tejido rasgándose me heló la sangre. Y entonces lo encontramos.
Dentro, aplastado entre el gomaespuma y la estructura de madera, había un gatito flaco, temblando de miedo. No podía creerlo. ¿Cómo había llegado ahí?
El agente Morales lo sacó con cuidado, y el pobre animal emitió un maullido débil pero desgarrador. Trueno, que antes estaba nervioso, se calmó al instante y se acercó con cuidado, como si quisiera asegurarse de que el pequeño estaba bien.
Resulta que el sofá lo habíamos comprado de segunda mano solo unos días antes. El vendedor, un hombre de Vallecas, no tenía ni idea. El gatito debió de colarse durante el transporte y, asustado, no pudo salir.
Lección: a veces, lo que parece una tontería puede salvar una vida. Ahora tenemos un nuevo miembro en la familia. Lo llamamos Sombra, por su pelaje oscuro y su historia escondida.