La noche caía cuando el pequeño niño escuchaba extraños ruidos en la habitación de sus padres: al abrir la puerta, se quedaron paralizados de sorpresa

El anochecer caía cuando la pequeña niña escuchó ruidos extraños provenientes de la habitación de sus padres. Al abrir la puerta, se quedaron paralizados por la sorpresa.
La noche se acercaba cuando la niña sintió una tensión inquietante tras la puerta del dormitorio. Los sonidos eran extraños, graves pero no fuertesuna inquietud que se palpaba en el aire.
En su mente, recordó la lección del colegio: *”Si sientes miedo, llama al 112.”* Con dedos temblorosos, agarró el teléfono.
*112, ¿cuál es su emergencia?* preguntó la operadora.
*Escucho ruidos raros en la habitación de mis padres… Por favor, vengan rápido.*
Sin perder un segundo, la policía llegó a la casa. Con ellos venía su perro adiestrado, que se detuvo frente a la puerta, comportándose de manera extraña, como si intentara alertarles de algo.
Mientras los agentes intentaban abrir la puerta, el perro reaccionó primero, ladrando con furia.
Cuando finalmente la puerta cedió, todos quedaron helados por lo que vieron.
Dentro, reinaba un silencio perturbador, roto solo por un leve susurro. Los padres de Lucía se movían de manera extraña: Javier permanecía inmóvil, mientras que Sofía sostenía algo entre sus manos, imposible de distinguir a primera vista.
El perro detectó el objeto en las manos de Sofía y, con un gruñido profundo, advirtió a los agentes: aquello era peligroso.
Uno de los policías lo tomó con cuidado y, al examinarlo, descubrió que era un artefacto explosivo. Con movimientos rápidos, lo desactivó.
La policía se llevó el dispositivo y condujo a todos a la comisaría para averiguar cómo había llegado hasta allí.
Tras el interrogatorio, quedó claro que Sofía y Javier no tenían nada que ver con el artefacto, y los dejaron ir.
La investigación reveló que, en realidad, el explosivo pertenecía a su vecino y había terminado en su casa por error.
Así, con una sola llamada, Lucía salvó a sus padres del peligro.
Queréis a vuestros padres y cuidad siempre de ellos. Son seres irremplazables en vuestra vida.

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La noche caía cuando el pequeño niño escuchaba extraños ruidos en la habitación de sus padres: al abrir la puerta, se quedaron paralizados de sorpresa