Imagina lo que podríamos lograr si valoráramos a las personas más que el beneficio económico. Imagínalo.

Imagina lo que podríamos lograr si valoráramos a las personas más que el beneficio económico. Imagina.

**Imagina**

Imagina una ciudad donde nadie es invisible.
Donde el nombre del conserje se recuerda tanto como el del director ejecutivo.
Donde el valor de una persona no se mide en euros, sino en amabilidad.

Visualiza un mundo donde la primera pregunta en las reuniones de negocios no es *”¿Cuánto va a costar?”*
sino *”¿Cuántas vidas mejorará?”*
Donde las innovaciones no se lanzan al mercado a toda prisa para maximizar ganancias,
sino que se cultivan con paciencia, con cariño, porque su propósito es sanar, enseñar, elevar.

Imagina colegios donde cada niño recibe atención no por sus notas,
sino porque cada mente es una historia que merece ser escuchada.
Hospitales donde los pacientes no son números,
sino nombres con sueños aún por cumplir.
Trabajos donde los fines de semana son para la familia, no para los plazos.

¿Y si los más ricos no fueran los que tienen las cuentas más abultadas,
sino los que crean más oportunidades para los demás?
¿Y si la verdadera bolsa de valores no fuera Wall Street,
sino los gestos de bondad que se comparten entre desconocidos cada día?

Imagina gobiernos que midan el éxito no por el PIB,
sino por las sonrisas, por la alfabetización, por las lágrimas que ya no se derraman en silencio.
Imagina vecinos que no compiten por destacar,
sino por ver quién ayuda más al de al lado.

E imagínate a ti mismo en ese mundo
sin prisas, sin miedo, sin estar siempre calculando
sino viviendo, plenamente,
porque te valoran simplemente por ser humano.

**Imagina. Y luego, empieza.**

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MagistrUm
Imagina lo que podríamos lograr si valoráramos a las personas más que el beneficio económico. Imagínalo.