Estuve dos años en el extranjero y al regresar descubrí que mi hijo había vivido una “sorpresa” inesperada.

Querido diario,

He pasado los últimos dos años trabajando en Berlín y, al volver a Madrid, descubrí que mi hijo había vivido una sorpresa. Mi hija, Lucía, se casó con un ciudadano alemán y, tras la boda, me mudé a su piso en el centro para cuidar al nieto y ocuparme de la casa.

Lucía y su marido, Klaus, trabajaban en la misma empresa y solo regresaban al hogar al caer la noche. Yo esperaba que esa rutina continuara, pero la realidad dio otro vuelco. Un día me dijeron que ya no necesitaban mi ayuda y que debía desalojar el apartamento. Un mes después regresé a mi propia casa, donde, para mi asombro, tampoco era bienvenida. Mientras vivía con mi hija, mi hijo, Juan, dejó a su primera esposa, abandonó su piso y se instaló justo en mi salón.

Acompañado de su segunda esposa, Isabel, que ya estaba encinta, Juan se mudó sin pedirme permiso. ¿Qué debía hacer? ¿Echar a mi propio hijo y a su mujer embarazada? No. Pero, ¿cómo íbamos a vivir los tres, y pronto seremos cuatro, en una habitación? Además, ni Juan ni yo disponemos del dinero necesario para alquilar otro piso. Llamé a Lucía para explicarle la situación, con la esperanza de que comprendiera mi apuro y me invitara a volver a su casa. No fue así; ella tiene otra visión del mundo.

Entiendo la reacción de Juan; no había previsto mi regreso. Ahora duermo en el sofá de la cocina, y durante el día salgo a la calle, hago la compra, visito a amigos. Juan y su mujer se llevan bien, no hay discusiones, pero mi nuera me ignora por completo. Se nota que no le agrada mi presencia en el piso.

Jamás imaginé que, a mis sesenta años, me convertiría en un estorbo y que otra gente se ocupara de mi hogar. Juan solo piensa en su esposa embarazada y parece no ver el problema de la vivienda. Busco un trabajo a tiempo parcial para poder independizarme y vivir en mi propio piso. Mis suegros viven en el campo, en Segovia. ¿ Debería decirle a Isabel que se mude con ellos? ¿Podrá Juan encontrar trabajo allí? Lo dudo. No sé qué decisión tomar

Me siento atrapada entre el deber de familia y la necesidad de dignidad.

Hasta mañana.

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MagistrUm
Estuve dos años en el extranjero y al regresar descubrí que mi hijo había vivido una “sorpresa” inesperada.