Él se negó a casarse con su novia embarazada. Su madre lo apoyó, pero su padre defendió el futuro del bebé.

El rechazó casarse con su novia embarazada. Su madre lo apoyó, pero su padre defendió al futuro niño.

Padre, tengo una noticia. La vecina, Lirio está embarazada. Míodijo Javier, apenas entrando en casa.

Víctor, su padre, se detuvo un momento y luego habló con calma:

Entonces cásate con ella.

¿Qué dices? Soy demasiado joven. No es momento para una familia, además apenas hemos salido

¿En serio?bufó el padre con amargura. ¿Así que para perseguir chicas eras todo un hombre, pero cuando toca asumir responsabilidades, te haces el niño? Muy bien. Y sin añadir más, llamó a su esposa con voz fuerte: ¡María! ¡Ven un momento!

María entró en la cocina, secándose las manos en el delantal:

¿Qué pasa?

Escucha. Nuestro hijo ha dejado embarazada a Lirio, la hija de los vecinos, y no quiere casarse. Y él se esconde como una rata.

María ni siquiera pareció sorprendida. Su rostro se endureció:

Y hace bien. ¿Para qué traer a casa a la primera que aparece? Estas chicas son astutasencuentran a alguien con más dinero, se dejan llevar y luego vienen con el “¡cásate conmigo!” Y quién sabe, quizá ni siquiera sea suyo. Que haga una prueba. Además, no hay que presionar a Javier, aún es joven. Es hombre, fue difícil resistirse. Pero no estamos obligados a criar hijos ajenos.

Víctor suspiró profundamente y habló en voz baja:

Pero ¿y si realmente es su hijo?

¿Y qué si lo es? ¿Nosotros tenemos que asumirlo? Que haga los análisis, que se aclare todo.

Se dio la vuelta y salió de la habitación, dejando a Víctor solo con su hijo.

Sabes, yo también fui joven una vezcomenzó él. Amé a otra, pero me casé con tu madre. No por amor, sino por responsabilidad. Porque ser hombre no es solo pasión, es elección y consecuencias. Ella estaba embarazada. No sabía si podía estar con ella, pero sabía una cosa: el niño no tiene culpa. Mi sangre, mi conciencia. Y, Javier, aunque no fue fácil, nunca me arrepentí de quedarme.

Pasaron tres meses. La prueba de ADN lo confirmó: con un 99,9% de probabilidad, Javier era el padre del hijo de Lirio.

¿Y qué?rio María cuando Víctor puso el papel frente a ella. Sí, es el padre. Pero eso no significa que Lirio viva en esta casa. ¡No pisará aquí! ¡Lo he dicho!

Javier permanecía de pie, mirando sus manos. En su rostro se veía claro: había elegido el lado de su madre. Callaba, apretaba los puños, pero no decía palabra.

Víctor se levantó lentamente de la mesa:

Si ustedes dos ya han decidido, ahora escuchen lo que yo digo.

Hablaba despacio, pero con una voz que cortaba como un cuchillo:

Mientras yo viva, mi nieto no carecerá de nada. Tengo tierras, construiré una casa, y élmi nietorecibirá todo lo que he acumulado. Y ustedes dos no tendrán nada más de mí. Me niego a ser parte de esta vergüenza. Javier, desde hoy ya no eres mi hijo. Todo lo que tengo será para el niño. Ni un euro más recibirán.

María estalló:

¿Te has vuelto loco? ¿Quieres dejar a tu propio hijo sin herencia?

Víctor no respondió. Solo se dio la vuelta y se marchó, ignorando los gritos y maldiciones. Javier se quedó de pie, sin poder creer lo que acababa de escuchar. Pero sabía bien: si Víctor lo dijo, así sería.

La vida enseña que las decisiones tomadas por egoísmo dejan cicatrices, pero las que nacen del deber honran el alma. A veces, el verdadero valor no está en lo que ganamos, sino en lo que estamos dispuestos a perder por hacer lo correcto.

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MagistrUm
Él se negó a casarse con su novia embarazada. Su madre lo apoyó, pero su padre defendió el futuro del bebé.