Aquel día todo tenía que ser perfecto: las flores, la música, los invitados con sus trajes elegantes y el vestido blanco reluciente de la novia. El novio parecía feliz, a su lado su fiel perro Max, al que había entrenado para acompañarle a todas partes. Max era tranquilo, cariñoso, un verdadero amigo que incluso consideraba parte de la familia.
Pero a la novia, Clarisa, claramente no le gustaba Max. Arrugaba la nariz cuando el perro se acercaba, se quejaba de que “olía a perro” y exigía que lo apartaran. El novio, Adrián, intentó calmar la situación, asegurando que Max no molestaría, pero Clarisa no cedió.
Durante la ceremonia, Clarisa se volvió insoportable: regañó a la madre de Adrián, se burló groseramente de un regalo de un invitado y empezó a beber demasiado cava. Adrián se avergonzaba de su comportamiento, pero intentó aguantardespués de todo, era un día especial.
De pronto, pasó algo inesperado: Max mordió a Clarisa en la mano, aunque siempre había sido tranquilo y cariñoso. Ella gritó, cogió una botella para golpear al perro, pero Adrián la detuvo. Cuando entendió por qué Max la había mordido, canceló la boda sin dudarlo.
El momento clave llegó cuando Max se quedó quieto al lado de Adrián. Clarisa se acercó al perro y, mirando fijamente a Adrián, pisó su cola con toda la intención. Max aulló y, en defensa, le mordió la mano. Todos se quedaron paralizados.
¡No le toques! ¡Tú misma lo provocaste! dijo Adrián con firmeza.
¡Fue sin querer! chilló Clarisa, con el rostro contraído por la rabia.
¿Sin querer? Adrián la miró fijamente. ¿Y la botella también la cogiste sin querer?
Clarisa se quedó callada, intentando defenderse:
No sabía lo que hacía, me dolía la mano. Fue el susto.
Adrián se acercó a Max, que temblaba con las orejas gachas.
¿Qué susto? dijo frío. ¿Siempre atacas a los más débiles que tú?
Clarisa se quedó callada, sosteniendo su mano herida sin encontrar palabras.
Adrián se levantó y anunció con calma:
No habrá boda.
Abrazó fuerte a Max, que le lamió la mano en agradecimiento, mientras los invitados, aún impactados, solo se miraban entre sí.
¿Crees que Adrián hizo lo correcto?