Despedida Rápida: Un Adiós Desde el Coche y el Regreso a Casa…

**Despedida Apresurada: Un Adiós Desde el Coche y el Regreso a Casa**

Bajó del coche y se despidió con cariño de su amante antes de dirigirse a casa. Al llegar, se quedó un momento junto al edificio, reflexionando sobre cómo confesárselo todo a su esposa. Subió las escaleras y abrió la puerta.

Holadijo Rodrigo. ¿Estás en casa, Leonor?
Aquí estoyrespondió ella, indiferente. Hola. ¿Empiezo a freír los filetes?
Rodrigo se prometió a sí mismo que sería directo, con seguridad y firmeza, ¡como debe ser un hombre! Era hora de terminar su doble vida, antes de que los besos de su amante perdieran calor, antes de que la monotonía cotidiana lo absorbiera de nuevo.

Leonoraclaró su garganta, tengo que decirte que debemos separarnos.
Leonor recibió la noticia con una calma sorprendente. Siempre había sido difícil de alterar, razón por la que Rodrigo la llamaba cariñosamente “Leonor la Fría”.

¿En serio?preguntó ella desde la puerta de la cocina. ¿Entonces no friego los filetes?
Como prefierasdijo él. Si quieres, fríelos. Si no, no. Me voy, estoy con otra persona.
Tras semejante declaración, la mayoría de esposas le habría arrojado algo. Pero Leonor no era como las demás.

Claro, tú y tus rarezascontestó ella. ¿Trajiste mis botas del arreglo?
Nose sintió incómodo. Si es importante, puedo ir a buscarlas ahora mismo.
Ay, Rodrigomurmuró Leonor. Si mandas a un tonto por botas, acabarás con las viejas de vuelta.
Rodrigo se ofendió. El anuncio de la separación no iba como esperaba. ¡Todo era tan frío! Pero, ¿qué más podía esperar de una esposa llamada Leonor la Fría?

¡Leonor, parece que no me escuchas!exclamó. Me voy. Viviré con otra mujer y tú solo hablas de botas.
Bienrespondió ella. A diferencia de mí, tú puedes irte donde quieras. Tus botas no están en el taller. No tienes por dónde quedarte atrapado.
Llevaban mucho tiempo juntos, pero Rodrigo aún no sabía distinguir si hablaba en serio o con ironía. En su día, se enamoró de Leonor por su carácter sereno, su habilidad para evitar conflictos y su economía de palabras. Además, sus dotes domésticas y su belleza fueron determinantes.

Leonor era segura, leal y fría, como un ancla. Pero ahora Rodrigo amaba a otra. ¡Una pasión ardiente, prohibida y dulce! Era hora de poner los puntos sobre las íes y comenzar una nueva vida.

Leonor, quiero agradecerte todo, pero me voy porque amo a otra mujer, no a ti.
¡Qué sorpresa!exclamó ella. No me amas, ¡vaya novedad! A mi madre le encantaba el vecino, mi padre adoraba el dominó y el vino. ¿Y qué? Mira en qué me he convertido.
Rodrigo sabía que discutir con Leonor era complicado. Cada palabra suya pesaba como una losa. Su determinación inicial se desvaneció y prefirió evitar peleas.

Eres maravillosa, Leonordijo, resignado. Pero amo a otra, con pasión prohibida. Me voy, ¿lo entiendes?
¿Otra?preguntó. ¿Es Clara Méndez?
Rodrigo retrocedió. Hace un año, tuvo un affaire con Clara, ¡pero nunca pensó que Leonor lo supiera!

¿Cómo sabes eso?empezó, pero se detuvo. No importa. No es ella.
Leonor bostezó.

¿Será entonces Laura Vidal? ¿Te irías con ella?
Un escalofrío recorrió su espalda. También tuvo un lío con Laura, pero era pasado. Si Leonor lo sabía, ¿por qué no dijo nada? Ah, sí, era de hierro, nada la hacía hablar.

No, ni Clara ni Laura. Es otra, la realización de mis sueños. No puedo vivir sin ella y me voy. ¡No me harás cambiar de opinión!
Entonces debe ser Soniarefunfuñó Leonor. Vamos, Rodrigo ¡qué mal guardas los secretos! Tu sueño es Sonia Gutiérrez. Treinta y cinco años, un niño, dos abortos ¿Acierto?
Rodrigo se agarró la cabeza. ¡Dio en el blanco! Estaba liado con Sonia Gutiérrez.

¿Cómo lo sabías?balbuceó. ¿Alguien nos delató? ¿Me seguías?
Sencillo, Rodrigorespondió Leonor. Soy ginecóloga y he examinado a casi todas las mujeres de esta ciudad, mientras tú solo a unas pocas. Con ver lo necesario, te pillé.
Rodrigo se recompuso.

¡Pongamos que has acertado! Aunque sea Sonia, no cambia nada. Me voy con ella.
Eres un necio, Rodrigodijo Leonor. Al menos podrías habérmelo preguntado antes. Por cierto, no hay nada especial en Sonia, todo igual que las demás, y te lo digo como médica. ¿Has visto el historial médico de tu musa?
N-noconfesó.
¡Pues toma! Ve a ducharte ahora. Mañana hablaré con el Dr. Ruiz y te atenderá en el centro de salud sin esperasdijo Leonor. Luego hablamos. No es normal: ¡que el marido de una médica no sepa elegir una pareja sana!
¿Qué debo hacer?preguntó, desolado.
Yo freiré los filetesrespondió Leonor. Tú, dúchate y haz lo que quieras. Si buscas una musa perfecta, sin problemas, háblame, puedo recomendarte

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