Despedida Rápida: Un Adiós desde el Coche y el Regreso a Casa…

**Diario Personal: Un Adiós Desde el Coche y el Regreso a Casa…**

Bajó del coche y se despidió con cariño de su amante antes de dirigirse a casa. Al llegar, se quedó un momento junto al edificio, preguntándose mentalmente cómo revelarle todo a su esposa. Subió las escaleras y abrió la puerta.

Hola dijo Adrián. ¿Estás en casa, Lucía?
Sí respondió su esposa, indiferente. Hola. ¿Empiezo a freír los filetes?
Adrián se prometió a sí mismo que actuaría con determinación, con firmeza, como debe ser un hombre. Era hora de poner fin a su doble vida, antes de que los besos de su amante perdieran calor, antes de que la monotonía cotidiana lo engullera de nuevo.

Lucía carraspeó Adrián, tengo que decirte que debemos separarnos.
Lucía recibió la noticia con una calma sorprendente. Siempre fue difícil de alterar, razón por la que Adrián la llamaba cariñosamente “Lucía la Fría”.

¿En serio? preguntó Lucía, desde la puerta de la cocina. ¿Quieres que no fría los filetes, entonces?
Como prefieras dijo Adrián. Si quieres, fríelos. Si no, no lo hagas. Me voy, estoy con otra persona.
Tras semejante declaración, la mayoría de las esposas le habrían arrojado algo. Pero Lucía no era como las demás.

Claro, tú y tus manías respondió ella. ¿Trajiste mis botas de la reparación?
No Adrián se sintió incómodo. Si es importante para ti, puedo ir a buscarlas ahora mismo.
Ay, Adrián murmuró Lucía. Si mandas a un tonto a por botas, volverá con las viejas.
Adrián se ofendió. Parecía que el anuncio de la separación no iba como esperaba. Todo carecía de emoción. Pero, ¿qué más podía esperar de una esposa apodada “Lucía la Fría”?

Lucía, ¡parece que no me escuchas! exclamó. Me voy. Voy a vivir con otra mujer, ¡y tú solo hablas de botas!
Vale contestó Lucía. A diferencia de mí, tú puedes ir donde quieras. Tus botas no están en el taller. No tienes por dónde quedarte atrapado.
Llevaban mucho tiempo juntos, pero Adrián aún no sabía discernir si su esposa hablaba en serio o con ironía. En su día, se había enamorado de Lucía por su carácter afable, su habilidad para evitar conflictos y su economía de palabras. Además, sus habilidades domésticas y su encanto físico habían sido determinantes.

Lucía era segura, leal y fría, como un ancla de barco. Pero ahora Adrián amaba a otra. ¡Una pasión ardiente, prohibida y dulce! Era hora de poner los puntos sobre las íes y empezar una nueva vida.

Lucía, quiero agradecerte por todo, pero me voy porque amo a otra mujer, no a ti.
¡Qué sorpresa! exclamó Lucía. No me amas, ¡vaya novedad! A mi madre le encantaba el vecino, a mi padre el dominó y el vino. ¿Y qué? Mira en lo que me he convertido.
Adrián sabía que discutir con Lucía era difícil. Cada palabra suya pesaba como una losa. Su determinación inicial se desvaneció y no quiso entrar en disputas.

Eres maravillosa, Lucía dijo Adrián, resignado. Pero amo a otra, de forma ardiente y prohibida. Me voy, ¿entiendes?
¿Otra? preguntó ella. ¿Es Marta Villalba?
Adrián retrocedió. Hacía un año, sí había tenido un romance secreto con Marta, ¡pero nunca imaginó que Lucía lo supiera!

¿Cómo sabes eso? comenzó él, pero se detuvo. Da igual. No es Marta.
Lucía bostezó.

¿Quizás es Elena Moreno? ¿Te irías con ella?
Adrián sintió un escalofrío. También había tenido un affaire con Elena, pero eso era pasado. Si Lucía lo sabía, ¿por qué no dijo nada? Ah, sí, era de hierro, nada la hacía hablar.

No, no es Elena ni Marta. Es otra mujer, la realización de mis sueños. No puedo vivir sin ella y estoy decidido a irme. ¡No me lo impidas!
Entonces debe ser Sonia refunfuñó Lucía. Vamos, Adrián ¡qué secreto tan mal guardado! Tu sueño es Sonia Herrera. Treinta y cinco años, un niño, dos abortos ¿A que sí?
Adrián se agarró la cabeza con las manos. ¡Había acertado! Estaba liado con Sonia Herrera.

¿Pero cómo lo sabías? balbuceó. ¿Alguien nos delató? ¿Me seguías?
Sencillo, Adrián respondió Lucía. Soy ginecóloga y he examinado a casi todas las mujeres de esta ciudad, mientras que tú, solo a unas pocas. Solo tuve que ver lo necesario para pillarte con otra.
Adrián se recom

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