Cuando el amor pasó de largo: Mi vida junto a una mujer que me destruía día a día

Cuando el amor pasó de largo: Vivir con una mujer que me destruía cada día

Mi silencio duró demasiado. Callé porque pensaba que mi sufrimiento era poca cosa comparado con otras tragedias. Callé porque creía que un hombre debe aguantar. Pero ahora tengo 58 años. Treinta años de matrimonio a mis espaldas, y en el alma solo quedan cansancio, dolor y vacío. La vida ha pasado, y la felicidad nunca llegó. No es un hogar, solo cuatro paredes. No es una familia, solo una guerra sin fin. Bajo el mismo techo, pero como extraños. Juntos, pero cada día es una lucha por el derecho a existir. Y quizás ya sea demasiado tarde para cambiar algo.

Me casé por conveniencia. Y lo he pagado con toda mi vida.

Tenía 28 años cuando mis padres me convencieron de casarme con Lucía. Decían: “Ya está bien de soltería, es una chica buena, seria, de familia decente”. No amaba a Lucía. Pero entonces pensaba que el amor era romanticismo para tontos, y que en la vida lo que importaba era la estabilidad. Nos casamos. Y entonces empezó el infierno.

Lucía dejó claro desde el principio quién mandaba en casa. Me humillaba delante de los amigos, se burlaba de mí frente a la familia. Dulce y cariños

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