Creía que mi matrimonio iba bien hasta que mi mejor amiga me hizo una pregunta reveladora

Creía que mi matrimonio iba bien, hasta que una amiga me hizo una pregunta.

Me casé muy joven, por amor. Estuvimos juntos cuatro años antes de dar el sí. Hemos pasado mucho, juntos.

Llevamos más de seis años viviendo bajo el mismo techo. Confío plenamente en mi marido, y en mí misma. Él es dulce, cariñoso y atento. Siempre me ayuda con las tareas del hogar. No es el hombre más valiente ni el más fuerte. Tampoco diría que es guapo, pero tiene un alma increíblemente cálida, un mar de positividad y fe en el bien que me da fuerzas para superar los peores momentos.

Sin embargo, es indeciso, incapaz de tomar decisiones. No quiere salir de su zona de confort ni avanzar. Es tímido. En estos seis años juntos, no ha cambiado nada.

No cuida de sí mismo, ni de su salud. Cualquier cambio lo aterra. Mi marido es casi diez años mayor que yo. Tengo veintiséis años y adoro la vida. Tengo un buen trabajo, he comprado mi propio coche y estamos pagando la hipoteca de nuestro piso en Madrid. Hasta que, hace poco, mi amiga me preguntó: “¿Para qué lo necesitas?”.

Eso fue el fin de mi felicidad. Y ahora, aquí estoy, preguntándome: “¿Para qué lo quiero, realmente?”.

Rate article
MagistrUm
Creía que mi matrimonio iba bien hasta que mi mejor amiga me hizo una pregunta reveladora