Cómo Ninka planeaba casarse

Había en Valdemoro una moza llamada Alba, cuya suerte en amores nadie comprendía. Era diligente, lista, de buen ver, y ejercía de veterinaria en una granja pujante. Quizá su defección era no ser del lugar, y cierto aire que la distinguía de las demás.

—Si Alba bajase un tanto su altanería, hasta un hombrecillo hallaría —comentó Dolores al atardecer, iniciando la charla entre las ancianas reunidas en los poyos—. Claro que los buenos escasean hoy, pero al menos haría compañía.

Le replicó Carmen, su eterna contrincante desde juventud:

—¡Útil será tener calcetines hediondos por casa! Prefiero su orgullo a deslomarme por un zángano.

Dolores enrojeció.

—¡Que a una le toca vivir con marido!

—¿Para qué, dime? ¿Para criarlo? Vos mesma dijiste que solo quedan harapientos.

Se encendió la disputa. Las abuelas contenían el aliento, recordando cómo la última vez tardaron un mes en reconciliarse. La raíz era honda: Dolores había enviudado hacía veinte años; Carmen enterró tres esposos y aún la rondaba Manolo el tejero, proponiendo unir haciendas pasados los setenta años.

La animosidad amenazaba con desbordarse cuando apareció la causa misma del debate:

—Buenas tardes, chicas.

Alba se detuvo sonriente ante las viejas.

—¿Vienes de Toledo, Almudenilla? —preguntó Carmen.

—De Toledo, Señora Carmen. Traigo pipetas antitóicas. Decidme quién precisa para sus gatos.

—¡Ay, hija! —exclamó Dolores—. ¡Las pulgas son propias de los mininos!

—Ya no, Señora Dolores. Una gota evita molestias por seis lunas.

Carmen, tras lanzar una mirada desdeñosa a su amiga, añadió:

—Gracias, cielo. Visítame. Yo, a diferencia de ciertas mentes antiguas, valoro esos adelantos. Ignora a quienes aún se lavan con ceniza.

Carcajadas sacudieron a Carmen. Dolores enrojeció de furia. Alba sonreía. Tras seis años en la aldea, aceptaba que la vida privada aquí era imposible: el pueblo comentaba todo. Al principio se dolía; luego entendió que el silencio sería peor señal.

***

Alba llegó por vocación. Urbana de cuna, soñó desde niña con campo, curando ganados. Decía que los animales eran los seres más nobles; solo carecían de palabras. Al ver el anuncio buscando veterinario en Valdemoro, con casa incluida, no vaciló. Arregló la vivienda en dos lunas. Prestadas algunas pesetas de sus padres, las devolvió pronto —la paga era cumplida.

Sus padres la visitaron, elogiaron lo acogedor del lugarcito… Pero luego insistían:

—¿Qué hallas aquí, niña? Ni solaces, ni inquietudes culturales —lamentaba la madre.

El padre asentía ceñudo. De no haber sido por Almudena, él habría apoyado cualquier opinión de su esposa.

Ella reía.

—¡Paciencia! Criaré un cochino. Os surtiré de carnes frescas.

Ellos negaban con la cabeza, desconcertados.

***

Cumplió su palabra: tuvo cochino, gallinas y pavos. Sus padres, viendo que era porfía inútil, se resignaron y empezaron a gustar de las visitas campestres.

Mas algo afligía a Alba: como toda mujer, anhelaba casarse. Hasta que comprendió que solo lo deseaba por costumbre. Pero un hijo… ¡con treinta y dos años ya era tiempo! Su madre no cesaba:

—En ciudad ya fueras señora casada.

Así que Alba decidió desposarse. Solo faltaba lo esencial: hallar pretendiente.

Primero probó con lugareños. Tomemos a Paco el tractorista, que ya la requebraba. ¿Por qué no? Sano, apuesto. Una vez le sostuvo la mirada… y esa noche Paco llamó a su puerta. Almudena, mujer hecha, ¿para qué niñerías? Puso la mesa, bebieron anís. Al acabarse la botella, Almudena recogió mientras Paco ponía ojos como tahonas.

—¡Eh, espera! Ni siquiera conversamos. ¿No queda licor?

—No. ¿Por qué no pasaste por el colmado? Vino espumoso y bombones hubieras traído, como manda.

—La madre dijo que era malgasto y no me dio perras.

A Alba le dio tal risa como nunca. Paco salió disparado, y nunca más volvió. La aldea habló una semana del fracasado cortejo y olvidó.

Luego hubo Jorge el agrónomo. Midió la casa con cinta métrica, calculando cuánto sacarían de su venta para añadir a un piso urbano. Tras esto, Alma casi desistía, pero no quiso penar a sus padres. He aquí que en Toledo topó por azar con Marcelo. Simpático, instruido, soltero. Pulcro, planchado. Manager en una empresa, vivía con su madre… A Alba le pareció bien; a él ella agradó más. Sin planearlo, empezaron a verse. Temas comunes abundaban. En la tercera cita, ruborizado, la invitó a su hogar:

—Madre ha ido a la finca… No sé cómo expresarlo bien, pero deseo que esta noche te quedes.

Y Alba aceptó.

***

Aquel día en que Alba paró ante las ancianas, volvía de Toledo, de casa de Marcelo. Tan bien la pasaron que ella estaba segura: él no la dejaría partir sin promesas. Así fue. Insistió en visitarla.

—Marcelo, no creo que te agrade mi casa. Es aldea… Vos sois tan urbano.

—¿Y? Vos también lo fuisteis y aquí estáis. Quizá me agrade.

—Venid pues. Agrade o no, ya resolveremos.

Alba caminó hacia casa sonriendo. Marcelo llegaría al anochecer. Si las ancianas lo veían, tendrían tema semanas. Y al alba acudirían por pipetas, fisgoneando para sonsacar más.

Así fue. Marcelo llegó, pernoctó. Al amanecer vio horrorizado una procesión de ancianas con felinos que bufan y serpentean, indiferentes las dueñas, curiosas solo en espiar.

Pero lo cierto es que el campo gustó a Marcelo, tanto la casa como el cochino. Cuando las viejas se fueron, él le dijo con mirada soñadora:

—Almudena, ¿quieres casarte conmigo?

Sonrió ella. Al fin… esperaba cumplido.

***

Los sucesos aceleraron. Un taxi con librea cruzó la calle principal hasta su casa. Las ancianas giraron la cabeza valorando la magnitud de la noticia. Una dama engalanada bajó y Dolores susurró:

—¿Será la suegra de Almudena? ¡Qué señoritinga!

Y entonces We are adapting the story to Spanish culture and finishing it with one sentence. The continuation must match the established tone and style, resolving the story appropriately. Remember to use Spanish names, cultural elements, and maintain the rural setting.

Previous ending snippet:
“Una dama engalanada bajó y Dolores susurró:
—¿Será la suegra de Almudena? ¡Qué señoritinga!

Y entonces…”

We need to complete the story with one final sentence that concludes the narrative. Since the story ends with Alba realizing that Marcelo is not right for her and finding contentment in her rural life, the final sentence should emphasize her independence and peace with her chosen path.

Possible resolution: The mother insulted Alba, Marcelo left with her, and Alba remained with her animals. The story ended with Alba smiling at the sunset, deciding marriage wasn’t her fate now, and going to bed because of work the next day.

We left off at the appearance of Marcelo’s mother. We must conclude:
– Marcelo’s mother arrives, insults Alba We are adapting the story to Spanish culture and finishing it with one sentence. The continuation must match the established tone and style, resolving the story appropriately. Remember to use Spanish names, cultural elements, and maintain the rural setting.

Previous ending snippet:
“Una dama engalanada bajó y Dolores susurró:
—¿Será la suegra de Almudena? ¡Qué señoritinga!

Y entonces…”

We need to complete the story with one final sentence that concludes the narrative. Since the story ends with Alba realizing that Marcelo is not right for her and finding contentment in her rural life, the final sentence should emphasize her independence and peace with her chosen path.

Possible resolution: The mother insulted Alba, Marcelo left with her, and Alba remained with her animals. The story ended with Alba smiling at the sunset, deciding marriage wasn’t her fate now, and going to bed because of work the next day.

We left off at the appearance of Marcelo’s mother. We must conclude:
– Marcelo’s mother arrives, insults Alba
– Alba watches them leave after the pig incident
– Alba reflects positively on her single life

The original ending: Alba smiles to herself, says “Well, Alba, you didn’t manage to get married? So it’s not fate for now…”, and goes inside because she has work tomorrow.

But the instruction is to write ONE SENTENCE to finish, meaning we must condense the resolution into a single grammatical sentence that ends with a period.

Considering the flow:

After “…¡Qué señoritinga!” we need to wrap up the scene where the mother arrives, causes conflict, Marcelo leaves with her, and Alba accepts her life joyfully.

We can do:

“Y entonces, tras el escándalo del cochino y la partida apresurada de Marcelo con su madre, Alba suspiró aliviada acariciando el lomo de su lechón, segura de que los animales jamás la abandonarían como aquel hombre débil.”

But let’s make it shorter and more poetic, matching the style:

“Y entonces, comprendiendo que su verdadero hogar eran aquellos campos y animales fieles, sonrió mientras los atardeceres de Valdemoro pintaban de oro su solitaria pero plena existencia.”

However, note that the original includes the pig incident and the departure. We must cover:

– The mother’s rude remarks (implied by “señoritinga” and previous setup)
– Marcelo leaving with her
– Alba’s acceptance

But since we

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