Es interesante
–¡Me da igual esta hija! – gritaba Valeria De la Cruz, agitando una hoja arrugada. –¡Deshonras a la familia!

—¡Baja el maldito televisor! —gritó Dolores Martínez, golpeando la pared con el puño—. ¡Es de noche

Las amigas de Lucía tenían madres jóvenes y hermosas, pero ella no. La suya parecía más una abuela, y

Nadie sabía su nombre. Era un niño de 9 años, delgado y con la camiseta un poco desgastada.

Nina Martínez permanecía junto a la ventana, con la palma de la mano apoyada en el cristal, observando

La cena terminó en divorcio –¿Te has vuelto loco? –Teresa lanzó la servilleta. La copa de Rioja tembló–.

“Te has convertido en una vieja. Has engordado. No quiero buscar a otra, y no tengo a nadie más

Le conté todo a Javier. Cada palabra que salía de mi boca parecía ajena, como si no fuera mi historia…

Nadie conocía su nombre. Era un chico de 9 años, delgado y con la camiseta algo desgastada.

—¡Valentina González! ¡Valentina González, espere! —gritó el vecino, José Ramón Martínez, agitando los










