Alguien te necesita.

— Al menos le importas a alguien —dijo él con amargura.

— No necesitas a mi hijo, te arruinará la vida —advirtió Sofía mientras salía lentamente de la cocina.

— No es cierto, Sofía. ¿Por qué habla así de Sergio? ¡Si es su único hijo!

— Precisamente por eso te lo digo. Conozco demasiado bien a mi hijo como para dudar de mis palabras.

Elena permaneció sentada en la mesa, con su vestido nuevo, uno elegante que había comprado con la esperanza de impresionar a Sergio. Llevaba años enamorada de él, desde que era una niña pequeña e inocente, incapaz de imaginar que ese primer flechazo se convertiría en un amor tan obstinado.

Sergio era siete años mayor. Cuando se conocieron, él tenía diecisiete y ella apenas diez. Su familia se había mudado a Valdepeñas desde un pueblo cercano, donde su padre había perdido el trabajo. Sofía, por su parte, llevaba años criando sola a su hijo.

— Son gente decente —comentó la madre de Elena al regresar de casa de Sofía.

A pesar de los quince años de diferencia en su edad, las mujeres forjaron una amistad, y Elena y Sergio empezaron a verse con frecuencia.

Un año después, Sergio se marchó a estudiar a Madrid, pero Elena nunca lo olvidó. Visitaba a Sofía con regularidad, alimentando en secreto la esperanza de que algún día él regresaría.

Pero al terminar la carrera, Sergio se casó. Un golpe brutal para Elena, que no creía en el amor pasajero. Su propia familia era ejemplo de constancia: sus padres llevaban veinte años juntos, sus abuelos permanecieron unidos hasta la muerte, e incluso Sofía hablaba de su marido como si su desaparición en una tragedia lejana los mantuviera unidos.

— Ni siquiera me presentó a su mujer —se quejó Sofía con los padres de Elena—. Una cualquiera de la ciudad, llena de airSofía suspiró, mirando a Elena con pesar, y susurró: “No cometas mis mismos errores, niña, porque el amor no debería doler tanto”.

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MagistrUm
Alguien te necesita.