Me he separado de mi marido, y él ahora es muy feliz. Demuestra que yo fui quien lo limitó y le impidió llevar una vida normal.

Me he separado de mi marido, Rafael, y ahora está más feliz que nunca. Demuestra que yo era quien le ponía trabas y no le dejaba llevar una vida normal.

Nadie me ha herido tanto como mi exmarido.

Llevamos tres meses sin vernos. La última vez lo encontré cuando llevé a mi hija, Marina, a pasar el fin de semana a su piso en Madrid. Sólo han pasado doce semanas y él ha cambiado de tal forma que resulta sorprendente.

Durante años le repetía que debía bajar de peso, pero él no me escuchaba y seguía engordando con comida rápida y refrescos. Pasaba el tiempo tirado en el sofá y resultaba imposible sacarlo a la calle, mucho menos al gimnasio. Ahora tiene una esterilla de yoga en el rincón más visible del pequeño apartamento. Se ha hecho un corte de pelo nuevo y su ropa está ordenada, aunque parecía no tener a nadie que le cuidara. Yo nunca le enseñé a cargar y poner en marcha la lavadora, y ahora él, de un momento a otro, sabe hacerlo todo por sí mismo.

Así que hablamos

Yo he escuchado bastante. Él asegura que yo lo menosprecié durante años en el matrimonio, que por eso se volvió un tonto, pero ahora ya no lo es y yo y el bebé ya no formamos parte de sus planes. Tiene una nueva relación en la que está muy contento y por la que trabaja su cuerpo, su carácter y su sueldo. Eso me ha golpeado con más fuerza. No ha movido ni un dedo por mí ni por su hija, y se ha transformado tanto por una mujer.

Dicen que hay que dar tanto como se quiere recibir, pero mi marido nunca supo responder en la misma moneda. Lo amaba, lo respetaba y, de vez en cuando, le hacía algún comentario, aunque él no creía que algo hubiera que cambiar. Y nunca recibí nada de él

Incluso después de la ruptura, lo primero que le importa es él mismo, no la hija a la que no veía hace tiempo. Ojalá hubiese estado en mi lugar un tiempo, se hubiera esforzado y recibiera a cambio lo que siempre esperé de él. Pero, quién sabe

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MagistrUm
Me he separado de mi marido, y él ahora es muy feliz. Demuestra que yo fui quien lo limitó y le impidió llevar una vida normal.