¡Estoy harta, basta ya! ¡No puedo más! Niño, con su eterno cansancio, ayúdame, ayúdame… ¡Yo solo quiero salir y disfrutar como antes!

*12 de octubre, Madrid*
¡Basta ya, me voy! ¿Hasta cuándo? ¡El niño, siempre cansada, ayúdame, ayúdame! Y yo solo quiero salir, como antes. ¡Quiero sentirme cerca de alguien! Trabajo, llego a casa, y en vez de encontrar a mi mujer, a mi compañera me voy a tomar algo con los amigos, luego buscaré a alguna jovencita ¡Ay! mientras fumaba nerviosamente al volante, Javier pensó que hoy era el final entre él y su esposa.
Su historia con Lucía era de manual: se conocieron, se enamoraron locamente, pasión sin control, descuidos y a los pocos meses, ella le enseñó un test positivo.
Claro que lo tendremos, nos arreglaremos dijo Javier con seguridad, mientras los abuelos asentían felices: “Sí, ayudaremos, pero denos nietos”.
Luego vino la boda, el embarazo, lágrimas de felicidad cuando nació su hijo y así terminó la vida despreocupada. Lucía se convirtió en una gallina clueca: despeinada, ojerosas, siempre quejándose del niño, noche y día, su eterno “ayúdame, ayúdame”.
¿Dónde estaba aquella chica alegre? La familia desapareció en cuanto necesitaron ayuda. Se quedaron solos frente a la paternidad.
¡No estoy preparado para esto! le gritó hoy a Lucía antes de dar un portazo, dejándola en la puerta con el bebé en brazos.
Un chirrido de frenos. De pronto, una figura encorvada apareció frente al coche.
¿Es que quieres morir? saltó del auto y corrió hacia el anciano.
El hombre, envuelto en un abrigo, lo miró con ojos cansados y susurró:
Sí.
La respuesta lo dejó helado.
Señor, ¿necesita ayuda? ¿Le llevo a algún sitio?
No quiero seguir viviendo.
Pero hombre, no diga eso. Venga, le acompaño. Cuénteme, quizá pueda ayudarle lo tomó del brazo con cuidado y lo guió al coche.
Bueno, ¿qué le pasa? Javier encendió otro cigarrillo.
Es una larga historia.
Tengo tiempo.
El viejo lo observó, luego clavó la mirada en una foto colgada en el retrovisor.
Hace cincuenta años, conocí a una chica. Me enamoré al instante. Todo fue rápido: familia, un hijo, el heredero Creí que sería feliz para siempre.
Pero yo solo quería que todo siguiera como al principio: amor, pasión, juventud. Mi esposa estaba agotada, el niño, las facturas, el trabajo y yo no ayudaba.
Encontré a otra, me lié con ella. Mi esposa lo descubrió, divorcio. Con la otra no duró. No me importó, seguí de juerga.
Ella se casó de nuevo, se veía radiante. Mi hijo llamaba “papá” a otro. A mí me daba igual.
¿Y usted? preguntó Javier, nervioso, encendiendo otro cigarro.
¿Yo? Me pasé la vida de farra. Ni familia, ni esposa, ni hijos. Hoy mi hijo cumple cincuenta. Fui a verlo y no me dejó entrar rompió a llorar. Dijo: “Tú no eres mi padre. Sigue divirtiéndote”.
Señor, ¿adónde le llevo? Javier golpeaba el volante con los dedos.
Vivo aquí, no te preocupes el anciano bajó y se dirigió a un bloque de pisos cercano.
Javier esperó a que entrase, dio media vuelta y fue a una floristería.
Perdóname entró en casa y se arrodilló frente a Lucía, que lloraba. Descansa, amor.
Tomó al niño en brazos, lo meció cantando con voz ronca: *”Duérmete, niño, duérmete ya”*. El pequeño se durmió rápido, confiado, con su manita sobre el corazón de su padre, que latía fuerte. Javier lo miró emocionado: *Quiero verlo crecer. Quiero que me llame “papá”.*
¿Rescatando náufragos otra vez? preguntó una anciana en la puerta, sonriente, mientras su marido colgaba el abrigo.
Sí. Alguien tiene que enseñarles a estos jóvenes.
¿Y cómo sabes a quién ayudar?
A mí me hizo falta que me lo dijeran a su edad.
Venga, salvador, a cenar. Y mañana, el cumpleaños de nuestro hijo. Nada de náufragos, ¿eh? le miró con cariño.
Cómo olvidarlo. Cincuenta años de nuestro heredero, de nuestro amor la abrazó y juntos fueron a la cocina, riendo.
Así termina esta historia. Créanla o no, queda en ustedes. Pero hoy aprendí que los errores del pasado no deben repetirse. La familia es el único refugio que no se desvanece.
*Javier*

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MagistrUm
¡Estoy harta, basta ya! ¡No puedo más! Niño, con su eterno cansancio, ayúdame, ayúdame… ¡Yo solo quiero salir y disfrutar como antes!