La Luz que Brilla en la Noche: Encuentra Esperanza en los Momentos más Oscuros

La Luz en la Oscuridad
Capítulo 1: La Ruptura
¡Lárgate de aquí, desagradecida! rugió su madre mientras empujaba a Valeria hacia la puerta.
Valeria tropezó, intentando no caer. Los ojos de su madre ardían con un rencor que le quemaba más que los insultos.
¡No quiero verte nunca más! ¡Maldita seas! gritó antes de cerrar la puerta de golpe.
Valeria se quedó helada en el umbral, sintiendo cómo su corazón se hacía añicos.
Mamá, te lo juro, yo no él balbuceó, pero ya no había nadie para escucharla.
Su padrastro, ebrio y repugnante, había intentado violarla. Cuando Valeria se atrevió a contárselo a su madre, esta se negó a creerla. Para ella, Valeria solo quería arruinar su nueva vida. Por eso, sin dudarlo, la echó a la calle.
Capítulo 2: Vagando por las Calles
Sola, recorrió las calles adoquinadas del pueblo minero, pidiendo limosna. El frío le cortaba la piel y el hambre le retorcía el estómago. Las miradas de los hombres la hacían sentirse manchada, sobre todo las de los borrachos que merodeaban por los bares. Sabía que esos eran los peligrosos.
Las horas se arrastraban, y el hambre se volvía insoportable. Valeria se sentía invisible, como si el mundo la hubiera borrado. Al acercarse el Día de Todos los Santos, recordó a su padre. En vida, la casa se inundaba de crisantemos y velas. Este año, su madre no haría nada; lo sabía.
Capítulo 3: El Altar
Con lo poco que llevaba al ser expulsadaentre ello, una foto de su padre, decidió construir su propio altar. Recolectó flores silvestres y mendigó unas tortillas resecas y frutas magulladas. Bajo un olivo viejo, colocó su humilde ofrenda. Se arrodilló frente a la foto y, con el alma en pedazos, rompió a llorar.
Papá, si me quieres, ven por mí Llévame contigo susurró, la voz quebrada.
El viento acarició su pelo, suave, como una mano invisible. Agotada, se durmió junto al altar.
Capítulo 4: La Revelación
Al amanecer, despertó. El hambre seguía allí. Aunque la comida ya no tenía sabor, no podía desperdiciarla. Terminó los restos de la ofrenda y volvió a vagar por las calles.
De pronto, vio a su madre corriendo hacia ella, llorando. Antes de que pudiera reaccionar, la abrazó con fuerza.
Perdóname, hija por favor, perdóname lloró. No te creí, pero anoche lo vi.
Valeria se quedó inmóvil, desconfiada. Su madre continuó, la voz temblorosa.
Lo dejé bebiendo como siempre. Me dormí, pero luego oí gritos. Bajé y lo vi flotando, golpeándose contra las paredes. Gritaba: «¡No me mates! ¡Lo confieso, quise abusar de Valeria!» Y entonces cayó. Estaba muerto. Muerto. Un sollozo la sacudió. Después, una voz no de este mundo, me dijo: «Busca a tu hija o juro que el año que viene te arrastraré al infierno.»
Un escalofrío recorrió a Valeria, pero su ira se desvaneció al ver a su madre rota. Se abrazaron. En ese instante, decidió perdonarla.
Capítulo 5: Regreso a Casa
Antes de entrar, Valeria miró al cielo nublado. Una lágrima resbaló por su mejilla.
Gracias, papá murmuró. Sabía que vendrías.
El aire en la casa era espeso. La sombra del padrastro parecía acechar. Valeria sintió miedo, pero su madre juró que no lo dejaría volver.
Hablaré con él dijo, firme. No te hará daño otra vez.
Valeria asintió, aunque la duda le corroía el pecho.
Capítulo 6: La Confrontación
Esa noche, su madre se enfrentó al padrastro. Valeria la observó desde lejos, el corazón en la garganta. Las palabras que alcanzó a oír eran claras:
Nunca más te acercarás a mi hija. Si no te vas, llamaré a la Guardia Civil.
La incertidumbre la ahogaba. ¿Cumpliría su madre su palabra?
Minutos después, su madre regresó, pálida pero resuelta.
Se fue, Valeria. No volverá.
Capítulo 7: Sanando Juntas
Con los días, madre e hija empezaron a reconstruir su vínculo. Prepararon juntas el altar, llenándolo de flores y recuerdos.
Lo haremos cada año prometió su madre. Para que tu padre no nos abandone.
Valeria sonrió, sintiendo brotar algo parecido a la esperanza.
Capítulo 8: Nuevas Tradiciones
El pueblo se iluminó con las festividades. Valeria y su madre compartieron risas y lágrimas, honrando la memoria de su padre.
Capítulo 9: El Futuro Brillante
Valeria retomó sus estudios. Su madre, aunque aún herida, se convirtió en su apoyo. La casa, poco a poco, se llenó de vida.
Capítulo 10: Un Nuevo Comienzo
Un año después, Valeria contempló el altar. Los crisantemos brillaban bajo el sol.
Gracias, papá susurró.
Su madre la abrazó.
Seguiremos adelante, juntas.
Valeria asintió, lista para lo que viniera.

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