Una niña de 12 años entró en urgencias con un bebé en brazos. Pero cuando reveló de quién era el niño, todos quedaron impactados.

**Diario de un hombre**
Un día cualquiera, aparentemente normal, en el servicio de urgencias de un hospital de barrio, ocurrió algo que no solo cambió la vida de los trabajadores, sino de todos los que se enteraron. La puerta de la sala se abrió con un chirrido suave, y entró una niña pequeña, de unos doce años. En sus brazos llevaba a un bebé diminuto, envuelto con cuidado en una manta infantil vieja. Su mirada era tensa, su rostro reflejaba ansiedad y determinación.
Lo sostenía con tanto cuidado, como si fuera el tesoro más frágil del mundo. Una enfermera, al verla, se levantó de inmediato:
¿Qué ha pasado? ¿Quién eres? ¿Dónde están tus padres?
Por favor interrumpió la niña, con la voz temblorosa pero firme. Tiene mucha fiebre. Se encuentra mal. ¡Por favor, ayúdenlo!
Sus palabras resonaron en el aire como un campanazo. El bebé fue llevado rápidamente a la sala de exploración, mientras la niña se quedó parada en medio del pasillo. No lloraba, no pedía nada; solo esperaba, como si supiera que se avecinaba una tormenta que tendría que enfrentar.
Y así fue. Minutos después, la rodeaban la jefa del servicio, un médico, un policía y hasta el guardia de seguridad. Todos le hacían preguntas, intentando entender qué ocurría.
¿Eres su madre? preguntó la doctora.
No respondió la niña, mirándola a los ojos. Es mi hermano. No soy su madre, soy su hermana. Lo encontramos anoche. Lo dejaron abandonado. En el portal. No sé quién fue. Solo lloraba mucho y estaba frío como el hielo. En casa nadie podía ayudarlo. Así que lo cogí y lo traje aquí.
Un silencio aplastante llenó el pasillo. Hasta los más experimentados se quedaron sin palabras. El policía, normalmente estricto, bajó la mirada.
¿Dónde están tus padres? preguntó con cuidado la enfermera.
La niña suspiró, como un adulto que hubiera crecido demasiado pronto.
Mamá no está bien. Bebe. Papá se fue hace años. No lo hemos visto en mucho tiempo. Yo me encargo de todo en casa. Pero esto esto ya es demasiado. Sabía que solo ustedes podrían ayudarlo.
Sus palabras sonaron como una sentencia, pero también como una súplica. Los médicos se miraron. Poco después, uno regresó con noticias: el niño tenía fiebre alta, una infección grave, pero había esperanza.
Vivirá. Gracias a ti dijo el médico, mirándola con profundo

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MagistrUm
Una niña de 12 años entró en urgencias con un bebé en brazos. Pero cuando reveló de quién era el niño, todos quedaron impactados.