Un chico adinerado, después de una dura ruptura, decidió casarse con la primera mujer que aceptara. Pero el día de la boda, ocurrió algo inesperado.
Destrozado, pasó un día entero encerrado en su habitación. Luego salió con una decisión: se casaría con la primera mujer que dijera que sí. En el parque, una chica llamada Esperanza le respondió con un simple “Sí”. No preguntó por qué ni para qué, solo sonrió y se fue con él.
“Mañana presentaremos los papeles”, le dijo. “Y luego iremos a ver a tus padres.”
Esperanza lo sorprendió: inteligente, tranquila e independiente. No esperaba a un príncipe azul, pero vio algo genuino en Álvaro. Durante el mes previo a la boda, estuvieron juntos todo el tiempo. Él eligió el vestido, los anillos y lo organizó todo. Parecía que en ese caos había encontrado paz.
El día de la boda en el registro civil, ocurrió algo inesperado.
Se encontraron con Marta. Su mirada era fría y confusa. Álvaro se contuvo, le deseó suerte. Solo entonces entendió que no se casaba por venganza, sino por una vida nueva.
Con Esperanza todo era distinto: sin dramas, pero con confianza. Se hizo amiga de la hermana de Álvaro, Laura, ayudó a impulsar el negocio familiar y lo llevó a otro nivel. Construyeron casas, vivieron en calma. Pero a Álvaro le faltaba algo: la pasión de antes, el dolor que sintió con Marta.
Cuando Esperanza viajó a casa de su abuela, él tomó una decisión: le escribió a Marta. Vivía sola, sin trabajo, sin pareja. Se vieron. Y todo en ella le resultaba extraño: su olor, su voz, sus gestos. “¿Qué estoy haciendo aquí?”, pensó.
Se fue rápidamente. En casa, comprendió: Esperanza era su verdadero amor. Nunca la llamó “Esperanza” ni por su nombre, pero ella estaba cerca de su corazón. Condujo a toda velocidad por la carretera para llegar a tiempo y decirle:
“No pude estar ni dos días sin ti.”
“Estás loco de verdad”, rió ella entre lágrimas.
“Esperanza, cariño”, susurró él, y en ese instante lo entendió: la felicidad no está en el drama. La felicidad es quien está a tu lado cuando por fin abres los ojos.