Volví a casa y encontré una moneda en la cerradura: el horror al descubrir su origen me hizo llamar a la policía

Llegué a casa después de un día de trabajo agotador. Estaba hecho polvo, soñando solo con quitarme los zapatos, tirarme en el sofá y, quizás, hasta echarme una siestecita. Me acerqué a la puerta, como siempre, buscando las llaves en piloto automático y de pronto noté algo raro.

En la cerradura asomaba una moneda pequeña. Minúscula, casi imperceptible, pero desde luego no debería estar ahí. Vivo solo y, desde luego, no la había dejado yo.

Al principio pensé que sería una casualidad o alguna broma tonta, pero luego me dio un vuelco el corazón: ¿y si no era casualidad?

Retiré la mano del pomo como si me hubiera quemado e hice lo que me dictó el instinto: llamé a la policía. Mientras esperaba, empecé a buscar información como un loco. Y descubrí algo espeluznante Si ves algo así, ¡mucho ojo! (Sigue en el primer comentario )

Resulta que es un viejo truco de ladrones y timadores. Colocan una moneda (o una lámina de plástico fina) entre la puerta y el marco, justo cerca de la cerradura.

La idea es simple: si estás en casa, abrirás y cerrarás la puerta, y la moneda caerá. Pero si sigue ahí varios días significa que nadie está, y el piso está libre para el saqueo.

Es una forma silenciosa y discreta de comprobar si te fuiste de vacaciones o de viaje. Así eligen sus “objetivos”.

Qué hacer para protegerte:

Revisa siempre cerraduras y rendijas, aunque vivas en un barrio seguro.

Si te vas mucho tiempo, pide a un vecino que eche un ojo a tu casa.

Instala cámaras o, al menos, una alarma falsa.

Fíjate en cualquier detalle raro: papeles, monedas, marcas extrañas.

Aún no sé si alguien planeaba robar en mi casa pero desde entonces, miro hasta las migas en el suelo. Y a vosotros os aconsejo lo mismo.

¡Revisad vuestras cerraduras! Hoy mismo.

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