Agentes de la policía encontraron a un anciano misterioso en la calle sin recordar su nombre ni dirección: al hallar su casa y entrar, descubrieron algo espeluznante

Los agentes encontraron a un anciano extraño en la calle, incapaz de recordar su nombre ni su dirección. Cuando localizaron su casa y se dirigieron allí, descubrieron algo extraño y terrible dentro.
Oficial, encontramos a este hombre hoy en la calle. No llevaba documentación, no recuerda ni su nombre ni dónde vive. Quizá está enfermo o esconde algo. ¿Qué hacemos?
Nada. Yo me encargo respondió con firmeza el joven policía, tomando al anciano del brazo.
Lo condujeron a una oficina. Parecía agotado, desorientado, pero en sus ojos brillaba algo inquietante: ¿miedo? ¿angustia?
El agente comenzó con preguntas sencillas:
¿De dónde viene?
No lo recuerdo
¿Tiene hijos? ¿Familia?
No nadie
¿Sabe cómo se llama?
No
Las respuestas eran confusas, a veces incoherentes. Era como si ocultase algo o temiera decir la verdad. El policía se puso en alerta.
Revisó las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona donde encontraron al anciano. Horas de metraje mostraron al hombre vagando sin rumbo, deteniéndose, como si hubiese olvidado adónde iba.
Tras un día entero rastreando su recorrido, lograron identificar la casa de la que había salido. El oficial lo llevó consigo, esperando que el lugar le devolviese la memoria.
Al llegar, golpearon la puerta. Nadie respondió. El interior estaba oscuro, en silencio.
¿Vivirá solo? preguntó uno de los agentes.
No. Comprobaremos. Forzad la puerta.
Un golpe seco la abrió. Al entrar, lo que vieron los dejó helados: una mujer mayor yacía en el sofá, pálida, respirando con dificultad. Sus labios, casi sin voz, musitaron: «Ayuda»
El policía llamó a urgencias al instante. Todo cobró sentido.
El anciano padecía demencia. Ese día, su mujer se había puesto muy mal. Él intentó pedir auxilio, pero el teléfono le resultó incomprensible. Decidió salir a buscar ayuda y olvidó por qué.
Horas de deambular inútil hasta que el agotamiento lo venció.
Sin querer, el viejo había conseguido salvarla. Tardó un día, pero su desesperación logró lo imposible.
Los agentes, conmovidos, reunieron dinero y contrataron a una cuidadora para la pareja. La tragedia los había unido, y ahora, al menos, no estarían solos.

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Agentes de la policía encontraron a un anciano misterioso en la calle sin recordar su nombre ni dirección: al hallar su casa y entrar, descubrieron algo espeluznante