Una mujer se fijó en un pastor alemán que caminaba por la calle con una bolsa blanca en la boca. De repente, un coche se detuvo a su lado y el conductor le quitó la bolsa al animal antes de marcharse.
Era temprano por la mañana, y la mujer paseaba tranquilamente por una carretera solitaria en las afueras. Disfrutaba de aquel silencio poco común hasta que algo llamó su atención.
Apareció un pastor alemán doblando la esquina. El perro avanzaba con determinación, sin distraerse, llevando con firmeza una bolsa grande y blanca entre sus fauces. Parecía pesada, pero el animal caminaba sin prisa, seguro de su rumbo.
La mujer se detuvo, pegándose a la acera para no interrumpirlo. Observó con asombro cómo el perro llegaba hasta una esquina. En ese momento, un coche frenó junto a él. El conductor ni siquiera apagó el motor: abrió la puerta, le arrebató la bolsa al animal y se marchó rápidamente, desapareciendo tras la curva.
¿Qué demonios…? murmuró la mujer, incapaz de encontrar una explicación lógica.
El perro, indiferente, dio media vuelta y regresó por el mismo camino, como si nada hubiera pasado.
La mujer volvió a casa, pero la escena no dejaba de darle vueltas en la cabeza. Intentó olvidarlo, convenciéndose de que era una simple coincidencia.
Sin embargo, al día siguiente, todo se repitió. A la misma hora, en el mismo lugar, volvió a ver al pastor alemán con otra bolsa. Y de nuevo, el mismo coche se llevó el paquete.
La curiosidad pudo más. Decidió seguir al animal. Caminó con cautela, manteniendo la distancia para no ser descubierta. Después de entregar la bolsa, el perro giró hacia una callejuela y se detuvo frente a una casa medio derruida en las
Mujer observa a un pastor alemán caminando por la calle con una bolsa blanca en la boca: de repente, un coche se detiene y el conductor se la quita antes de marcharse