**El primer intento sale mal**
Marisol era una mujer encantadora de veintisiete años. Su vida seguía la letra de aquella canción: “Elegimos, nos eligen, pero casi nunca coincide…”. Muchos hombres se fijaban en ella, pero la mayoría solo buscaban algo rápido, sin rodeos. ¿Para qué perder el tiempo? Los días pasan. Las oportunidades hay que tomarlas al vuelo; si no, otro lo hará.
Marisol creció en un mundo de mujeres. Su abuela y su madre, mujeres cultas y rectas, se encargaron de criarla. La llamaron así en honor a su tatarabuela, educada en un colegio de señoritas, en aquella España de antaño.
Su abuelo murió joven, y su madre se separó de su marido cuando Marisol tenía doce años. Desde niña, devoraba novelMarisol, al fin, comprendió que el amor verdadero no era un cuento de hadas, sino algo que se construye con paciencia, y sonrió al ver a su hijo jugar en el jardín con su nuevo padre, mientras el viento llevaba lejos los recuerdos del pasado.