Tener el móvil en manos de un estafador es como dejar la cartera abierta en un banco del parque de El Retiro. Todo está al descubierto, todo es accesible, y solo es cuestión de tiempo que alguien se aproveche.
Aquí tienes tres tipos de mensajes que nunca deberías guardar en el teléfono si no quieres regalar tu dinero, datos personales y tranquilidad a los maleantes.
1. **Contraseñas y códigos del banco**
*”Pero si es un código de una sola vez, ¡ya no sirve para nada!”*, piensa el usuario despistado. Mientras tanto, el estafador se frota las manos: *”Gracias, colega”*.
El problema es que hasta un par de dígitos pueden ser una pista valiosa, sobre todo si ya tienen parte de tu información: nombre completo, número de teléfono, usuario del banco… Recuperar el acceso es como un juego de pistas donde cada detalle cuenta.
Así que, cuando recibas un SMS con un código de confirmación, úsalo y bórralo sin piedad. Y mejor aún, vacía la papelera, porque en Android e iOS los mensajes eliminados pueden quedarse en la memoria del dispositivo durante semanas, incluso meses.
2. **Fotos de documentos**
Aquí entra todo: DNI, carnet de conducir, número de la Seguridad Social, tarjetas con datos bancarios… Cualquier cosa que pueda servir para suplantarte.
¿Qué hacen los estafadores con estas fotos? Contratan minicréditos, compran tarjetas SIM, crean cuentas falsas y hasta las venden en la dark web.
Una sola imagen con los datos legibles ya es suficiente para una buena pesadilla. Así que nada de *”luego la borro”*. Hazlo ahora mismo.
Si necesitas guardar algo, súbelo a una nube protegida con autenticación en dos pasos o usa aplicaciones seguras como 1Password, NordLocker o Google Files con cifrado.
3. **Mensajes con información personal y confidencial**
PINs, números de tarjetas, códigos CVC, direcciones, teléfonos de familiares, respuestas a preguntas de seguridad como *”¿Cómo se llamaba tu perro de pequeño?”*… Todo esto puede volverse en tu contra.
Los estafadores, al acceder al móvil, suelen revisar SMS y chats. Y si encuentran un tesoro como un mensaje a tu madre diciendo *”la clave del Wi-Fi es la misma que la de la tarjeta”*, ya está, juego perdido.
Incluso si guardas esta información en un chat contigo mismo, tampoco es buena idea. Un teléfono desbloqueado en manos equivocadas es una brecha de seguridad.
**No olvides la papelera y las copias de seguridad**
Borrar no significa eliminar para siempre. Los mensajes y archivos pueden quedar en la memoria o guardarse en copias automáticas. Revisa la configuración, desactiva el guardado automático de datos sensibles y limpia manualmente si tienes dudas.
**Conclusión**
Si algo puede causarte problemas, no lo guardes en el móvil. Menos aún en SMS normales. No es un archivo, ni una caja fuerte ni una cápsula del tiempo. Es un dispositivo que puede perderse, ser robado o hackeado con facilidad.
El consejo es simple: sé un poco paranoico y dormirás tranquilo.
Y ahora, confiesa, ¿limpias tus mensajes seguido? ¿O tienes un archivo de secretos que daría para un documental de Netflix? 😄
