Una mujer vino a ver a un psicólogo. Estaba muy triste y empezó enumerar amargamente lo que no tenía en su vida:
No tengo nada que me haga feliz.
No tengo un apartamento espacioso.
No tengo un buen coche.
Un gran sueldo – no.
Mejores amigos – no.
Sin juventud – no.
¡Y no tengo esperanza ni fuerzas para conseguirlo todo! ¡No tengo nada!

Y entonces el psicólogo comenzó a responder a la mujer:
“Por supuesto, cada uno de nosotros tiene muchas cosas que no tiene. Y yo incluso puedo añadir más a tu lista.
Ni grandes deudas.
Ninguna enfermedad incurable.
Ninguna discapacidad.
Hijos o familiares enfermos – no.
No tenemos muchas cosas. Podemos seguir y seguir. Y si empiezas a escribir lo que no tienes, mejorará inmediatamente tu estado de ánimo”
La mujer se lo pensó y sonrió. Y en efecto. Estamos vivos y bien. Y también nuestros seres queridos. Todo va bien. Y esto es lo más importante. Todo lo demás se puede mejorar, obtener, ganar o prescindir de ello.
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