Quiero admirar a las mujeres de mediana edad y seguir su ejemplo. A partir de los 45 años, una mujer sabe lo que quiere. Tiene sus propios principios, su propio estilo y una visión del mundo que se ha ido formando con los años poco a poco. Las hay que se han encontrado a sí mismas en la creatividad, las hay que no pueden imaginar su vida sin viajar y las hay que quieren dedicarse a criar hijos. No hay libros escritos sobre mujeres adultas que corren entre el trabajo y la casa, siempre están cansadas y no tienen tiempo para nada. Nadie les dedica poemas, nadie las admira, solo se las compadece y se las evita. Es porque hay cosas que hay que permitirse, cualquier cosa. Seguir siendo mujer, grácil, tierna, bella, amada.
A los 45 años, muchas han criado hijos que hace tiempo que viven separados. Aunque el corazón de una madre siempre se preocupará por su hijo, no debe olvidarse de sí misma. Incluso a los 40 años, las mujeres de baja por maternidad consiguen descuidarse: simplemente no se arreglan las uñas ni se cortan el pelo durante varios años. Constantemente en modo ahorro, las madres se acaban todo lo que sobra después de la comida del niño: no se tiran las gachas con media chuleta. Así es como aparece el sobrepeso, y las camisetas gastadas y estiradas se convierten en el toque final de este sombrío cuadro.
Mientras cuidas de tu familia, tienes que recordar que lo mejor que puede hacer una madre y esposa es encontrarse con su marido y sus hijos de buen humor. Sí, puedes permitirte no hacer nada en todo el día si las tareas domésticas estropean tu estado de ánimo. Puedes limpiar menos a menudo, encargar a veces comida a domicilio y enseñar a tus hijos a recoger sus cosas solos. Y puedes dar un paseo por el parque con tu marido o leer tu libro favorito en el tiempo que te has liberado de la rutina. Ve a la tienda a comprarte un sombrero rojo o ve a un café de la esquina y relájate, estate a solas con tus pensamientos.
La apariencia es importante no solo para atraer a los hombres. El propio proceso de los procedimientos del salón de belleza es una forma de relajarse para muchas mujeres ocupadas. Mientras te arreglas las uñas en un salón de belleza, puedes olvidarte de un día duro. Y cuando cambias de corte de pelo, te sientes más guapa. Tu humor mejora y te entran ganas de conquistar el mundo. Por desgracia, las mujeres de mediana edad suelen ser conservadoras. Llevan el mismo peinado desde hace 25 años y no quieren cambiar nada de sí mismas.
Los experimentos con peinados, trajes diferentes y maquillaje dejan claro que una mujer puede ser diferente. Suave, atrevida, seductora, encantadora. Y ella misma se sentirá diferente en distintos papeles. Si su vida le parece aburrida o su marido ha dejado de piropearla, intente cambiar su imagen, y quizá la de su marido, si es necesario. No hay límites en el mundo, solo en tu cabeza.
Una mujer adulta tiene gusto. Pero en su forma de vestir no solo influye esto. También influye el ámbito de trabajo, la presencia de hijos, un marido y la disponibilidad de fondos. Pero no puedes renunciar a ti misma si no puedes permitirte comprar un traje de marca. Siempre hay una alternativa. Nunca es tarde para aprender a combinar colores en la ropa, elegir el corte adecuado y accesorios con estilo.
Los hombres evitan a quienes no prestan atención a su aspecto. Al fin y al cabo, también habla del estado interior: la ropa que oculta la figura, un moño descuidado y las zapatillas de deporte son cómodos, pero correr a diario resta belleza y juventud a una mujer. El armario de una mujer adulta contiene el vestido perfecto para una cita y zapatos de tacón alto, ropa para reuniones de negocios y ropa para pasear.
A veces, las mujeres de 40 rejuvenecen, intentan parecer más jóvenes de lo que son y se van a los extremos. Se ponen ropa juvenil que no les sienta nada bien. Esto no significa que debas renunciar a ir a la moda. Significa que hay que saber elegirlas. Cuanto mayor es una mujer, más sobria es la combinación de colores de su ropa, más lacónicas las joyas, más natural el maquillaje. Cuando una mujer se cuida, siempre se nota.
Solo con la edad nos damos cuenta de que solo tenemos una salud. Es mucho más fácil y barato hacerse un chequeo médico anual que ir al médico durante meses y no saber qué le pasa a tu cuerpo. Una mujer sana está llena de fuerza y energía, su humor no cambia como el tiempo, y su piel y su cuerpo están tonificados, su cara sonrojada, sus ojos brillan.
Una mujer inteligente cuida su salud física: encuentra algo que le guste, ya sea bailar, hacer yoga o fitness, nadar, correr, montar en bicicleta. Así tiene buen aspecto y se siente bien. Y no se olvida de su salud mental. La visita al psicólogo no debe asociarse con vergüenza o problemas. No se pueden retener las emociones, porque tarde o temprano se desatarán de mala manera. La ausencia de estrés, el descanso de calidad es también cuidarse.
Las mujeres se olvidan en cuanto dejan de acordarse de sí mismas y de sus deseos. Siempre hay nuevas preocupaciones que llenan tu tiempo libre. Luego hay que ocuparse del marido, de los padres, del perro, etc. Pero recuerda la regla que se repite en los aviones: “Primero tienes que ponerte una máscara de oxígeno para ti, y luego para tu hijo”– esto se puede aplicar a la vida. No puedes ayudar a todo el mundo, pero puedes asegurarte de que vives tu vida como quieres.