Querido diario, Hoy la suerte se cruzó con la locura. Un hombre sin techo, sucio y cansado, se plantó

No puedes comer dulces, te harán mal dijo la cuñada mientras apartaba del mostrador el pastel que había

¿Por qué debería compadecerte? Tú nunca me compadeciste respondió Alba. En el último año mi madre enfermó

No puedes comer dulces, te harán mal dijo la cuñada mientras apartaba del mostrador el pastel que había

A los 65 años comprendí que lo más terrible no es quedarse sola, sino rogar a tus hijos por una llamada

«No, madre. No volverás a visitarnos: ni hoy, ni mañana, ni el próximo año» una historia en la que la

¡Ari, tío! No sabes lo que me ha pasado esta semana. Resulta que mi hermana Lidia está con su pequeñín

¡Mamá, ¿por qué siempre eres así?! la voz de Begoña temblaba al borde del colapso. ¡Siempre lo mismo!

Se dice que aquella noche, de la que aún guardo la huella en la memoria, debía ser la última.

Oye, tengo una historia que te va a dejar helada. Me llamo Lucía. Tengo treinta años, trabajo como administrativa









