Este es nuestro piso, también soy la dueña declara Violeta, la novia de mi hijo. ¡Mamá, ¿por qué entras

Querido diario, Hoy he vuelto a escuchar la voz de mi madre, Dolores Pérez, que me gritó al teléfono

¡Ninfa, serás la responsable de su muerte! ¿De quién? ¡Por supuesto, de Antonio! Sí, exactamente tú.

¡Me voy! espetó Eduardo. ¿A dónde? preguntó su mujer, Lorenzo, con la cabeza metida en la lista de la compra.

¡O acoges a mi hermano en tu casa, o haces las maletas y te vas! gritó él. Victoria llegó tarde del trabajo

¡Papá, quiero comer y salir a pasear! graznó por tercera vez la pequeña Marisol, arrimándose al hombro

Querido diario, Hace ya una década que Andrés y yo, con la ilusión de ser padres, esperábamos a nuestro niño.

María tenía 47 años cuando decidió adoptar. No un niño. Ni un perro. Ni siquiera un gato. Lo que adoptó

Planeábamos pasar el Año Nuevo en la casa de campo de la familia. Yo había ido a por las llaves, dijo

22 de octubre Ayer, al pasar por el pasillo del edificio, escuché la voz de Antonio decir: «Nos hemos










