La última oportunidad Isabel, encogida de dolor, yacía en el sofá con las manos apretadas contra el vientre.

Puedes pensar de mí lo que quieras, pero no podrás probar nada amenazó la suegra, colocando a su nuera

A los 65 años, nos dimos cuenta de que nuestros hijos ya no nos necesitaban. ¿Cómo aceptarlo y empezar

Lucía se encogía en el sofá, apretando las manos contra el vientre. Todo dolía, un recordatorio brutal

**La Última Oportunidad** Hoy, encogida sobre el sofá, apretaba las manos contra el bajo vientre.

Casi toda la noche en vela: el golpe de su marido la despertó del ronquido. Elena casi no durmió en toda la noche.

Una huérfana que creció en un orfanato consiguió trabajo como camarera en un restaurante de prestigio.

Los parientes sacaron sin miramientos la caja con los gatitos a la calle. Corgi los siguió sin vacilar

En un sueño febril, todo parecía difuminarse. Los muebles flotaban y las voces sonaban lejanas.

Mano alzó la voz con firmeza: «Escucha, este piso no será tuyo». Mi suegra, la más escandalosa de todas








